En un contexto de transformaciones globales, las decisiones adoptadas por Estados Unidos suelen tener repercusiones más allá de sus fronteras. Así lo entiende Miguel Bazán, presidente de la Cámara Paraguaya de Distribuidoras de Combustibles, quien expresó a Surtidores Latam su optimismo sobre los efectos que las recientes políticas impulsadas por Donald Trump podrían tener en la economía paraguaya.
“Las decisiones que está tomando el presidente estadounidense, podrían ser las mejores para la economía paraguaya en particular y la economía regional también, ya que se promueven las inversiones en prospección. Esto nos impulsa a apostar en los stocks de petróleo de Estados Unidos. Tenemos la expectativa de que eso haga que mejoren los precios para traer hasta aquí”, señaló Bazán.
Además, el mismo destacó las buenas relaciones bilaterales entre ambos países, lo que podría traducirse en un aumento de las exportaciones hacia Estados Unidos, contribuyendo al crecimiento del mercado interno.
Uno de los puntos más relevantes en esta ecuación es el petróleo, cuyo precio internacional ha experimentado una fluctuación en las últimas semanas. Estos movimientos ya se reflejan en Paraguay, con una suba de los combustibles. Según Bazán y otros agentes del sector importador, esta tendencia responde a una combinación de factores globales, entre ellos la geopolítica y la cotización del dólar.
Manuel Ferreira, economista y exministro de Hacienda, afirmó que si bien los aranceles y medidas específicas que está aplicando Estados Unidos podrían tener alguna incidencia, las razones de mayor peso se encuentran en los conflictos internacionales, como el enfrentamiento en Ucrania, que desestabilizan los mercados energéticos. “Aunque no haya un impacto directo, las repercusiones vendrán a través de los cambios en los mercados mundiales”, puntualizó.
Paraguay depende significativamente de la importación de productos. Esto convierte a las políticas estadounidenses en un elemento de alto impacto para la economía local, debido a que cualquier variación en los costos o en la disponibilidad repercutirá directamente en la economía paraguaya.
Este contexto plantea un desafío para las distribuidoras, que deben equilibrar el impacto de estos factores globales con la necesidad de mantener precios competitivos en el mercado interno.
En este escenario, Paraguay debe seguir fortaleciendo su capacidad de adaptación a los cambios globales, diversificando sus fuentes de energía y fortaleciendo su economía interna. Según Bazán, las relaciones bilaterales con Estados Unidos se perfilan como una herramienta para alcanzar estos objetivos, pero dependerá de cómo el país aproveche estas oportunidades para transformar las expectativas en resultados concretos.
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