El sector de las Estaciones de Servicio en Argentina enfrenta una situación económica compleja. Al respecto, Isabelino Rodríguez, presidente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (CECHA), que representa a más de 5.000 establecimientos y 65.000 trabajadores, alertó sobre los desafíos que enfrentan estos establecimientos para mantener su rentabilidad.

El empresario explicó que el principal problema radica en la descompensación entre los valores de los combustibles y la inflación. Mientras los primeros aumentan por debajo del índice de precios al consumidor (IPC), los costos operativos suben a la par, generando una presión insostenible en las finanzas de estos negocios.

«Nuestros empleados tienen todo el derecho de exigir actualizaciones salariales conforme a la inflación, y ahí es donde se produce la mayor dificultad«, afirmó Rodríguez en declaraciones al medio MDZ. Este desbalance ha llevado a CECHA a iniciar conversaciones con las petroleras y las autoridades para encontrar una solución que permita a las Estaciones de Servicio alcanzar un punto de equilibrio.

El directivo aclaró que por el momento, no se han producido despidos. Sin embargo, reconoció que las estaciones están explorando alternativas como reducir horarios de atención nocturna para evitar llegar a esa instancia. «Ya se habla de ver si se puede cerrar en la noche o buscar maximizar estructuras de costos para incrementar la eficiencia», detalló.

Otro factor que complica la situación financiera de la actividad según el titular de CECHA, es el aumento en el uso de tarjetas de crédito para el pago de combustibles. Al respecto, subrayó que esta modalidad ha crecido significativamente, lo que genera un desafío adicional para las estaciones.

“A diferencia de YPF, que tiene la cadena de suministro y venta integrada, las demás estaciones deben comprar el combustible por adelantado y luego revenderlo. Esto significa que deben financiar el costo de su inventario mientras esperan el pago, lo que puede demorar días o incluso semanas”, explicó. «El capital de trabajo del estacionero se ve violentado exponencialmente, y él es quien termina financiando el costo entre el pago y lo que demoran las operadoras de las tarjetas en acreditarlo«, puntualizó Rodríguez.