Un análisis realizado por la Cámara de Estaciones Expendedores de Combustibles de Río Negro y Neuquén reflejó el impacto económico que este tributo municipal tiene sobre los consumidores de combustible en la región: “$280 millones mensuales extra por cada provincia”.

En ese contexto, la Cámara de Empresas de Turismo del Sur Argentino está trabajando junto con la dirigencia estacionera para lograr que los municipios dejen de cobrar ese aporte extraordinario, argumentando que está perjudicando gravemente la economía cotidiana de todo el sistema productivo patagónico.

Al respecto, Hernán Pilone, presidente de la entidad de Villa Pehuenia, municipio de Neuquén, lanzó una dura crítica contra la actualmente rebautizada como Tasa de Movilidad Urbana. “Tanto Neuquén como Río Negro consumen 7.5 millones de litros de combustible cada una, por mes, según datos de la Cámara de Estaciones de Servicio. Esto significa que los ciudadanos y empresas de ambas provincias están transfiriendo 280 millones de pesos mensuales debido a esta tasa. El importe es irrisorio y castiga a quien más participa en el ciclo económico cotidiano», enfatizó.

Recordó que los gobiernos locales utilizaron para imponer esta tasa el argumento de suplir la eliminación por parte del gobierno nacional del Fondo Compensador del Transporte, con el objetivo de sostener el precio del boleto de colectivo en estas ciudades.

Actualmente, este impuesto equivale a 24 pesos de más por cada litro de combustible, lo que representa el 4.5 por ciento del valor neto del mismo. Según Pilone, esto significa que los consumidores están pagando un impuesto doble, ya que el 65 por ciento del total de combustibles que se compra en la mayoría de las localidades lo hace cada Estado municipal.

“El cliente y el estacionero, por lo tanto, están pagando dos veces la misma tasa, ya que enfrentan el gasto para el consumo particular, pero además como consecuencia de contribuir a los impuestos municipales”, detalló el dirigente empresario.

Pilone señaló además, que esta tasa castiga especialmente a quienes más necesitan del combustible. Por ejemplo, para un camión que transporta carga, con el tanque lleno, el  sobreprecio es de 22 mil pesos.

«La Tasa de Movilidad Urbana obliga a la parte privada a transferir parte de su dinero al sector público, encareciendo la vida de la gente y afectando negativamente las ventas de las Estaciones de Servicio«, expresó Pilone. Asimismo, recalcó que en varios municipios de la región ni siquiera hay transporte público, lo que hace que este impuesto sea aún más injusto.

Por su parte, el asesor del Cluster Vaca Muerta, Sergio Lazzarín, acotó que el impacto contra la rentabilidad de las expendedoras de este impuesto es doblemente perjudicial, ya que repercute aún más en el poder adquisitivo de los consumidores de combustibles y afecta a los establecimientos con costos extras relacionados a la administración contable. Esto se da en un contexto de baja histórica en el nivel de ventas, agudizado por la recesión económica y la influencia del nuevo gravamen.