La gestión del nuevo gobierno de Santiago Peña en Paraguay, ha desatado una serie de medidas que repercuten en el emblema estatal y en el sector de los combustibles.

En este sentido, tras la disminución del precio de los carburantes, Petropar ha decidido que un gran número de funcionarios abandonen sus puestos de trabajo. Esto ha traído consigo una gran repercusión, por lo que se estima que se pedirá un informe que justifique el accionar.

Por otro lado, el titular de Petróleos Paraguayos, Eddie Jara, canceló una cuestionada licitación realizada por la autoridad anterior, para la compra de 170 expendedoras de combustibles, que no tenían destino asignado. Esta sospechosa compra le iba a costar G. 16.286 millones a la petrolera pública.

La anulación del llamado se concretó luego de que un informe de cumplimiento de la Contraloría General de la República (CGR), haya revelado el faltante de 958 expendedoras de combustibles en la estatal, valuadas en G. 40.000 millones.

El examen del ente de control afectó a la administración de Pedro Román, quien antes de dejar el cargo, llamativamente licitó la millonaria compra de surtidores.

A su vez, en otra línea de temas, Petropar tiene el desafío de enfrentar el endeudamiento de más de 300 millones de dólares con Venezuela, ya que luego de su asunción, Peña recibió el llamado de Nicolás Maduro, quien hizo referencia a la deuda energética con PDVSA y el restablecimiento de relaciones sobre la mesa.

El actual presidente, busca mejorar su relación con el país caribeño, pero para ello, según los expertos, se debe normalizar el vínculo bilateral, que comenzaría por la reapertura de la embajada paraguaya en Caracas y la de Venezuela en Asunción.

De esta manera, Petropar enfrenta un periodo de cambios radicales que pretenden mejorar el funcionamiento del emblema. Sumado a esto, el sector de los combustibles se mantiene atento a los precios establecidos recientemente, ya que de esto dependerá la estabilidad de las tarifas.