El Gobierno de Paraguay ha informado que Petróleos Paraguayos (Petropar) está revisando sus cifras para definir un posible reajuste en los precios de este mes. Según las autoridades, la cotización del dólar está ejerciendo presión sobre los valores de los hidrocarburos, lo que podría motivar un ajuste en las tarifas de las Estaciones de Servicio.

En este contexto, el analista financiero, Stan Canova ha expresado a Surtidores Latam, su mirada sobre la estructura del mercado de combustibles en Paraguay, subrayando la ausencia de un ente regulador efectivo. «Paraguay no tiene un ente que supervise la actividad de los carburantes de manera eficiente y conveniente, como ocurre en Estados Unidos, Uruguay y Argentina», señaló.

Canova destacó que el mercado está dominado por dos grandes grupos importadores: Copetrol y Barcos & Rodados, que recientemente se fusionó con Shell. Ante esto, una de las críticas principales del especialista se centró en la falta de reacción ante las fluctuaciones en los importes.

«Cuando hay aumentos del precio del petróleo, los importadores rápidamente remarcan los valores. Sin embargo, si el petróleo baja, no hay ningún tipo de reacción y los precios se mantienen», comentó.

Además, Canova hizo énfasis en que la variación de los costos de los hidrocarburos no es el único factor que influye en los resultados finales: «La cotización del dólar y las características específicas de los productos importados, como el diésel, también juegan un papel importante» indicó, agregado que «la falta de información y supervisión sobre estos agrava la situación, impidiendo una gestión transparente y equitativa”.

Por otro lado, el mismo expresó su mirada sobre la competencia desleal entre el sector privado y el público en el mercado de combustibles, ya que Petropar, al ser una empresa estatal, a menudo recibe subsidios y apoyo gubernamental, lo que le permite ofrecer precios más bajos en comparación con las empresas privadas.

Según el experto, esto genera un desequilibrio que perjudica a los importadores, quienes deben operar sin las mismas ventajas y enfrentan mayores desafíos para competir en igualdad de condiciones.

Mientras tanto, los consumidores siguen a la espera de ajustes que reflejen de manera justa las condiciones del mercado global y local.