“El principal determinante correspondió a que la elaboración propia se mantuvo rezagada en 43.900 barriles diarios con relación al programa”, precisó la empresa mexicana en un informe público.
Según este reporte, el gigante petrolero dirigido por Octavio Romero Oropeza importó 419.000 barriles diarios de gasolina, un aumento de 24% frente a su objetivo programado.
La compañía estableció una meta de producción de 315.000 contenedores de combustibles, pero solo pudo elaborar 271.000 unidades diarias.
Pemex atribuyó este retraso a un menor avance en las actividades de mantenimiento respecto al plan para 2022 por fallas imprevistas en plantas al interior de las refinerías, asignación tardía de presupuesto y demoras en los procesos de contratación.
La petrolera también hizo hincapié en el gasto por importación, ya que esta aumentó un 89% anual, superando el creciente requerimiento del combustible, además de una rentabilidad limitada ya que el ingreso por la venta nacional de gasolinas solo creció 47%, lo que significó no cubrir el encarecimiento registrado por las compras en el extranjero del combustible.
En el caso del diésel el desempeño fue similar, pero la recuperación rápida de la demanda con crecimiento en las ventas de 47% impulsó las compras en el extranjero.
El monto de la compra de diésel por el país azteca superó en 2.4% la meta establecida por la compañía para 2022.
Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, dijo que Pemex produciría toda la gasolina y diésel que demanda el mercado mexicano este año, pero pospuso la meta hacia 2024 por retrasos en la construcción de dos plantas coquizadoras en las refinerías de Tula y Salina Cruz que reducirán la producción de combustóleo y aumentarán la cantidad de carburante común.
El político mexicano prometió ante el Congreso, durante su primer día como presidente, que el precio de los hidrocarburos bajaría mediante la rehabilitación de las seis refinerías de Pemex y la construcción de una nueva en Tabasco.
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