Con un mercado interno en contracción, el sector de combustibles se convierte en un reflejo de los retos que enfrenta la administración de Javier Milei al finalizar su primer año, dejando en evidencia la urgencia de medidas concretas para reactivar la economía.
Según datos de la Secretaría de Energía y proyecciones privadas, el 2024 cerraría con una baja acumulada del 9 al 10 por ciento respecto al año anterior, una situación que refleja el impacto de la crisis en el bolsillo de los argentinos provocada por la falta de gestión de Alberto Fernández al frente del Gobierno.
Antonio Rossi, experto en el mercado de combustibles y transporte, dialogó con surtidores.com.ar y atribuyó esta contracción al «deterioro de la actividad económica, los desmedidos aumentos de precios y la pérdida de poder adquisitivo de la población«.
En ese contexto, el analista recordó que desde abril, las estadísticas oficiales muestran un descenso constante en el consumo doméstico. “Octubre fue particularmente crítico: las ventas de gasoil y naftas totalizaron 1.434.689 metros cúbicos, una baja del 10,41 por ciento respecto al mismo mes del 2023, cuando alcanzaron 1.601.453 metros cúbicos”, comentó.
Vale destacar que a lo largo del año de Gobierno, las petroleras aplicaron incrementos en los precios finales superiores al 140 por ciento, aunque por debajo de la inflación anual cercana al 190 por ciento. Esto empujó a los consumidores a ajustar sus hábitos, optando por combustibles más económicos y dejando de lado las versiones premium.
Sin embargo, Rossi destacó que el descenso en el nivel de despacho no fue homogéneo, ya que mientras que en las provincias del Noreste Argentino la caída alcanzó niveles alarmantes del 20 por ciento anual, la Ciudad de Buenos Aires mostró un comportamiento diferente, con registros que podrían cerrar el 2024 levemente por encima de los niveles de 2023.
El entrevistado señaló que este fenómeno responde a «una combinación de factores: en las provincias más afectadas, los ingresos son más bajos y el peso del transporte particular en el presupuesto familiar es mayor, lo que los obliga a reducir drásticamente el consumo. En la Capital, el uso de transporte público amortigua en parte este impacto«.
En este contexto, el descenso del consumo afectó a las Estaciones de Servicio. Según Rossi, “la clave para revertir esta tendencia será lograr una mayor estabilidad económica, controlar la inflación y diseñar políticas que permitan recuperar el poder adquisitivo”.
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