El 15 de septiembre, día de la Independencia de Costa Rica y feriado nacional, volvió a vivirse con intensidad en plazas, escuelas y carreteras. Lo que en 1821 se conmemoró con antorchas y cabalgatas hoy se traslada en autos, buses y motos; y detrás de esos desplazamientos, las Estaciones de Servicio operaron como un eslabón esencial para que las celebraciones no se vieran afectadas por desabastecimientos o imprevistos logísticos.
Las gasolineras, más allá de su función comercial, funcionaron durante la jornada como nodos logísticos que facilitaron la movilidad segura de miles de personas. Durante el feriado se observó un aumento en la demanda que exigió coordinación en suministros, atención en ruta y operativos de contingencia para mantener el flujo vehicular hacia actos cívicos y familiares.
En distintas regiones del país, los emblemas reforzaron su papel comunitario con acciones que buscaron acercar la celebración a la clientela: desde pequeñas degustaciones de productos típicos hasta la decoración con símbolos patrios y la implicación activa del personal en la ornamentación de los locales. Estas iniciativas combinaron servicio y tradición, y fueron valoradas por usuarios y visitantes.
Desde la Cámara de Empresarios del Combustible reconocieron y agradecieron expresamente el trabajo de las estaciones y de sus equipos, y resaltaron la contribución del sector para que los ciudadanos se realizarán con normalidad durante el feriado. “Porque celebrar la libertad también es valorar el camino que nos une”, subrayó la entidad.
Asimismo el gremio formuló recomendaciones prácticas para los desplazamientos patrios, recordando que era aconsejable repostar antes de iniciar viajes largos, respetar las normas de tránsito y priorizar los puntos de carga que ofrezcan condiciones de seguridad y abastecimiento regulado. Estas indicaciones fueron planteadas como sugerencias destinadas a prevenir contratiempos, no como medidas de carácter obligatorio.
También se enfatizó la importancia de la coordinación entre empresas del rubro y las comunidades locales para garantizar la continuidad del servicio en jornadas de alta demanda. Desde la Cámara se consideró que la sinergia público-privada y la comunicación previa entre actores habían sido claves para sortear picos de consumo y mantener la atención en ruta.
Para el sector, la jornada fue además una oportunidad para visibilizar el empleo directo e indirecto que genera la cadena de suministro de combustibles y servicios asociados. Los responsables empresariales destacaron que, además del abastecimiento, las expendedoras contribuyen al tejido social de las localidades donde operan, mediante trabajo estable y pequeñas iniciativas comunitarias durante las festividades.
La celebración patriótica volvió a evidenciar que la independencia se vive en las calles y en los caminos; y que, detrás de cada trayecto, estuvo un conjunto de estaciones y trabajadores cuyo aporte fue reconocido por la Cámara, que puso su voz en primer plano para agradecer el esfuerzo y ofrecer orientaciones preventivas en una jornada que se vivió con fervor cívico y con movimiento.
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