La declaración presidencial sobre transición energética, divulgada en los últimos días, ofrece cifras contundentes: en 2024, el gasto mundial en energías limpias alcanzó los dos trillones de dólares, con dos dólares invertidos en renovables por cada dólar en combustibles fósiles. En el sector eléctrico, la diferencia es aún mayor: la inversión en tecnologías limpias superó a la de los fósiles en una proporción de 10 a 1.
Los mandatarios advierten que este viraje responde a tres factores: la amenaza existencial del cambio climático, la convicción de que seguridad energética es seguridad nacional y la certeza de que la energía limpia es la vía para garantizar crecimiento económico y estabilidad para los ciudadanos.
COMPROMISO DE ALCANCE GLOBAL
La declaración fue suscrita por líderes de África, Europa, Asia y América, entre ellos Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil), Cyril Ramaphosa (Sudáfrica), William Ruto (Kenia), Keir Stamer (Reino Unido), Ursula von der Leyen (Comisión Europea) y Mohammed bin Zayed (Emiratos Árabes Unidos).
Por Uruguay, participó el presidente Yamandú Orsi, quien destacó el rol del país como referente en energías renovables y la necesidad de ampliar la transición hacia el transporte y los combustibles líquidos.
El documento enfatiza que la transición debe ser justa y equitativa, ya que persisten fuertes disparidades: África recibió apenas 40 mil millones de dólares en 2024, apenas una fracción de los dos trillones globales, lo que condena a millones de personas a la pobreza energética.
COMBUSTIBLES: ENTRE SEGURIDAD Y TRANSICIÓN
Si bien la narrativa internacional se centra en acelerar las renovables, los combustibles fósiles siguen siendo la base de la movilidad, la logística y el agro en países como Uruguay.
La volatilidad del petróleo y sus derivados, sumada a la dependencia de las importaciones, plantea un dilema: cómo avanzar en una transición sin poner en riesgo la seguridad energética.
Para el sector de las Estaciones de Servicio, el desafío será adaptarse a nuevos modelos de negocio que integren combustibles tradicionales con electrolineras, hidrogeneras y biocombustibles avanzados.
El concepto de “tienda de energía” comienza a perfilarse como el futuro de una red que ya no venderá solo nafta o gasoil, sino soluciones energéticas múltiples.
URUGUAY, VISIBILIDAD INTERNACIONAL
La participación del Presidente Yamandú Orsi en la lista de firmantes, coloca al país en una vidriera internacional clave. Esto abre la posibilidad de atraer financiamiento climático y consolidar la posición de Uruguay como pionero en renovables.
La declaración también puede convertirse en una palanca política para profundizar el debate sobre combustibles y transición energética, en un contexto donde la región busca equilibrar seguridad, precios y sostenibilidad.
Para Uruguay, el reto está en compatibilizar ese rumbo con la seguridad energética que todavía depende del petróleo y en preparar a su red de Estaciones de Servicio para el cambio que se avecina.
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