El desarrollo de nuevas Estaciones de Servicio refleja tanto las oportunidades como los retos del sector energético argentino. La combinación de elevados costos de inversión, regulaciones estrictas y un mercado donde predominan grandes marcas consolidadas obliga a los empresarios a evaluar cuidadosamente cada proyecto. Además, la creciente demanda de energías alternativas y servicios complementarios impulsa a replantear el modelo tradicional de negocio, incorporando tecnologías innovadoras sin perder rentabilidad.
Abrir una Estación de Servicio en Argentina no es tarea sencilla. Nicolás Pastorino, Gerente Comercial de Pastorino Global Service, explicó a Surtidores que las dificultades para los nuevos empresarios se mantienen: “No es que sea más complicado que años anteriores, sigue siendo igual. La inversión inicial es importante y depende de la envergadura de la estación y de la bandera que se elija, porque algunas requieren estándares más altos que otras, lo que repercute directamente en el costo final”.
Encontrar el terreno adecuado es otro desafío clave. “La ubicación es la piedra angular de toda Estación de Servicio. Dependerá del ingenio y la rapidez del inversor para identificar el punto ideal y adquirir el terreno. Esto siempre debe complementarse con el cumplimiento de la normativa vigente, que incluye regulaciones locales, provinciales y nacionales”, agregó Pastorino.
A pesar de las barreras, el mercado muestra un interés creciente de nuevos actores. “Estamos desarrollando cuatro estaciones para empresarios que no pertenecían al rubro, así como proyectos de expansión para operadores que ya cuentan con varias estaciones. Esto demuestra que hay espacio para distintos perfiles de inversores”, aseguró Pastorino.
En cuanto a la diversificación energética, Pastorino subrayó que en Argentina no se trata de una transición sino de una “complementación energética”. “Gas, petróleo, biocombustibles, carga eléctrica e incluso hidrógeno —aunque este último todavía está lejos— convivirán durante muchos años. Ya se ven estaciones que ofrecen líquidos, GNC de alto caudal para camiones y cargadores eléctricos, y cada tipo de energía requiere inversiones diferentes”, destacó.
Sin embargo, advirtió que la inversión en energías alternativas todavía representa un camino a desandar. “En Estados Unidos, por ejemplo, grandes centros de carga eléctrica fueron financiados por Tesla porque la recuperación de la inversión privada era muy lejana. En Argentina, la carga eléctrica se concentrará más en grandes centros urbanos que en rutas largas”, detalla.
La competencia con grandes marcas es otro aspecto crítico. “Un operador particular necesita contar con una bandera, porque hoy tener una estación blanca es extremadamente complejo. Las grandes petroleras, como YPF, lideran con marketing, apps, programas de puntos y promociones. Quien quiera competir debe estar a esa altura, lo que implica una inversión adicional importante”, sostuvo Pastorino.
En ese sentido, el ingeniero Carlos Fabián Porco, Director Técnico de COSEPESA, coincidió en que el peso de las grandes marcas es determinante: “El desarrollo de nuevos negocios tiene que convivir con marcas consolidadas que manejan el mercado y a las que es difícil impactar. Hay que tomarlas como aliadas. Las petroleras son los puntales, y dentro de ellas, principalmente YPF, que es la guía del mercado en materia de retail. En función de los cambios que origina, se van adaptando las demás”.
Porco también resaltó las trabas administrativas y de tiempos en los proyectos de expansión: “Tanto la inversión como la disponibilidad de terrenos son una búsqueda particular y puntual. Pero los requisitos normativos son lo más burocrático y, al depender de aprobaciones externas, pueden dificultar los plazos de construcción y puesta en marcha. Son tiempos invisibles que terminan influyendo fuertemente”.
Consultado sobre la diversificación energética y la adaptación tecnológica, Porco aportó una visión realista: “Hoy en Argentina, el 88 por ciento del parque automotor funciona con naftas y gasoil, y un 11 por ciento con gas comprimido. Los nuevos combustibles todavía están en etapa de consolidación o difusión, no son aún una variable decisiva al momento de renovar la flota o elegir un vehículo. Y eso impacta directamente en las estaciones: mientras los nuevos proyectos se desarrollan y prueban, el negocio sigue yendo por lo seguro”.
Finalmente, Pastorino concluyó que las condiciones financieras actuales agregan presión a los proyectos. “Estamos en un momento de alta volatilidad económica y tasas elevadas, pero se espera que hacia fin de año se normalice el acceso a créditos a tasas razonables, lo que permitirá financiar proyectos de manera más sostenible”, puntualizó.













0 comentarios