La COP30 comenzó en Belém, Brasil, en un contexto histórico, ya que es la primera conferencia del clima que se celebra en la Amazonía y coincide con el décimo aniversario del Acuerdo de París, el tratado global que busca limitar el calentamiento del planeta por debajo de los 2 °C. Sin embargo, a una década de su firma, la temperatura global aún avanza hacia un incremento de entre 2.3 y 2.5 °C, incluso si se cumplen los planes climáticos actuales.
Durante las próximas dos semanas, representantes de cerca de 200 gobiernos discutirán cómo acelerar la reducción de emisiones, ampliar el financiamiento a los países en desarrollo y fortalecer la adaptación a los impactos climáticos. América Latina llega a esta cumbre con señales claras del cambio climático, pero también con una de las matrices eléctricas más limpias del mundo, ya que en 2024, el 65 % de su electricidad provino de fuentes renovables, frente al 41 % del promedio global.
Pese a ello, la región sigue enfrentando una tensión estructural como lo es la dependencia económica de las exportaciones de combustibles fósiles. Brasil, Argentina y Colombia aún basan gran parte de su ingreso externo en el petróleo y el gas, lo que complica el cumplimiento de las metas del Acuerdo de París.
En la cumbre de líderes, el secretario general de la ONU, António Guterres, insistió en la necesidad de una transición “justa, rápida y final”. En la misma línea, el presidente brasileño Lula da Silva advirtió que el mundo “no puede sostener más el modelo de los fósiles” y reclamó una “hoja de ruta para terminar con su dependencia”. No obstante, su propio gobierno mantiene proyectos petroleros activos en la Amazonía, lo que revela la complejidad de la transición energética.
En paralelo, Brasil presentó una iniciativa para cuadruplicar el uso de combustibles sostenibles hacia 2035, incluyendo biogases, biocombustibles e hidrógeno, una medida que podría marcar el rumbo para otros países de la región.
Consultado por Surtidores Latam, el experto en Sustentabilidad Empresarial, David Hernández, analizó el rol de América Latina frente a los compromisos climáticos. “Cada país debe buscar un acercamiento propio a los compromisos del Acuerdo de París, con estrategias sostenidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero”, señaló.
El especialista destacó que Brasil posee ventajas tecnológicas y geográficas en el desarrollo de biocombustibles, lo que podría mantenerlo como referente regional, y subrayó la necesidad de que las Estaciones de Servicio se adapten al nuevo contexto energético.
“Las expendedoras son una parte de la cadena de valor que conecta la energía con la movilidad. Por eso, deben impulsar alternativas sustentables y prepararse para la incorporación de tecnologías limpias”, explicó Hernández.
Asimismo, indicó que el sector de combustibles tiene la oportunidad de reinventarse. “Las gasolineras deben evolucionar hacia modelos que integren servicios múltiples: puntos de carga eléctrica, biocombustibles, atención al transporte y espacios de experiencia. El cambio no será inmediato, pero la dirección está marcada”, concluyó.













0 comentarios