En pleno desarrollo de la COP30 en Belém do Pará, Brasil, Uruguay propone una postura energética basada en la coexistencia entre la exploración de hidrocarburos y la transición hacia energías limpias. La delegación encabezada por el ministro de Ambiente, Edgardo Ortuño y el canciller Mario Lubetkin, buscan transmitir que el país no renunciará a los contratos ya firmados, pero sí limitará la apertura de nuevas áreas para exploración offshore.
EL PASADO: CUANDO EL PETRÓLEO ERA UNA PROMESA
La apuesta por el petróleo en aguas uruguayas comenzó hace más de una década, impulsada por la expectativa de hallar reservas en la plataforma continental del Atlántico Sur. A través de rondas de licitación lideradas por ANCAP, se adjudicaron bloques a grandes petroleras internacionales. Aunque los primeros estudios sísmicos no detectaron yacimientos comercialmente viables, el interés nunca desapareció.
El impulso coincidió con la primera gran transformación energética uruguaya, que posicionó al país como referente regional en generación eléctrica renovable, pero que nunca excluyó por completo la búsqueda de hidrocarburos.
EL PRESENTE: CONTRATOS ACTIVOS Y DEBATE AMBIENTAL
Actualmente, según el documento “Uruguay hacia la COP30: Diálogos por el clima”, al que accedió Surtidores, el Ministerio de Ambiente confirmó que mantendrá los contratos de exploración offshore vigentes, que abarcan siete áreas de la plataforma marítima nacional. No obstante, no se abrirán nuevas rondas de exploración ni se habilitarán zonas adicionales, hasta que las empresas definan si avanzan o devuelven las áreas adjudicadas.
La prospección sísmica, utilizada para detectar posibles reservas bajo el lecho marino, volvió al centro del debate con el proyecto presentado por PGS Exploration UK LTD, que espera la autorización ambiental previa. La iniciativa, que cubre 44.182 km², generó controversia durante la audiencia pública realizada por el Ministerio de Ambiente, donde participaron representantes de la empresa, trabajadores y grupos ambientalistas.
El proyecto fue clasificado como categoría C, por su potencial de generar impactos significativos sobre la fauna marina y la pesca. Afuera del recinto, el Frente de Lucha Ambiental Delia Villalba desplegó pancartas con consignas como “Mar libre de petroleras” y “El mar y la vida se cuidan, no se venden”, reflejando el descontento de una parte de la sociedad civil ante la continuidad de estas iniciativas.
EL FUTURO: TRANSICIÓN Y SOBERANÍA ENERGÉTICA
Mientras se desarrollan las negociaciones internacionales en Belém, el Ministerio de Industria, Energía y Minería avanza en los lineamientos de política energética hacia 2050, con el objetivo de reducir la dependencia de los combustibles fósiles, que aún representan entre 35% y 40% de la matriz de energía primaria.
El documento oficial aclara que la prospección sísmica “no es incompatible con la descarbonización”, siempre que se cumplan las metas de emisiones y las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional asumidas por Uruguay en el marco del Acuerdo de París.
En paralelo, esta semana se dio la apertura de una nueva base marítima de transferencia de crudo en La Paloma, Rocha, inaugurada por la empresa inglesa James Fisher, que refuerza el papel estratégico de Uruguay en la logística energética regional. Su primera operación transfirió un millón de barriles de petróleo entre buques cisterna, consolidando la presencia del país en el corredor del Atlántico Sur.
Con estas acciones, Uruguay busca redefinir su lugar en el mapa energético global, buscando un equilibrio entre el desarrollo del offshore y su identidad como referente en sostenibilidad.













No estoy de acuerdo,es contaminar nuestro mar