inversión sector energético Paraguay

Los biocombustibles, como el etanol, son clave para reducir emisiones y mejorar la movilidad sostenible y la calidad del aire

Paraguay.
26 Nov, 2025
Desarrollo El crecimiento silencioso que posiciona a Paraguay entre los líderes regionales de etanol
Con mayor producción de biocombustibles, modernización industrial y una agroindustria integrada, el país avanza hacia un esquema energético más sólido y orientado a la exportación.

El dinamismo del sector de los biocombustibles en Paraguay volvió a quedar en evidencia este año tras la expansión de la planta de Inpasa, en Canindeyú, uno de los complejos industriales más modernos de la región. Sin embargo, el crecimiento de esta empresa es solo una pieza dentro de un escenario más amplio, la consolidación del país como referente regional en bioetanol y biodiésel, impulsado por inversiones, mejoras tecnológicas y una cadena agrícola que hoy sostiene un modelo energético cada vez más competitivo.

En los últimos años, Paraguay logró posicionarse como un productor estable de biocombustibles, con volúmenes en ascenso, ampliación de mercados y un protagonismo creciente del maíz y la soja como materias primas estratégicas. Las industrias del segmento, fortalecieron su capacidad productiva y su articulación con el sector agrícola, promoviendo empleo y desarrollo en zonas rurales.

Desde BIOCAP, su presidente, Massimiliano Corsi, destacó que el avance del sector no es coyuntural, sino resultado de un proceso sostenido. “El sector de los biocombustibles mostró un desempeño favorable durante el año pasado, destacándose en la producción apoyada en materias primas cultivadas localmente, lo que contribuye al fortalecimiento de la economía rural al beneficiar a miles de familias”, afirmó a Surtidores Latam.

En paralelo, el Ministerio de Industria y Comercio viene siguiendo la evolución del sector con interés por su impacto en sustitución de importaciones, diversificación energética y estímulo a la producción primaria. La expansión del maíz en el norte y este del país, acompañada por la creciente demanda de la industria del etanol, configura un círculo virtuoso: a mayor producción agrícola, mayor capacidad industrial y, con ello, mayor competitividad del sistema energético local.

En este sentido, la empresa de INPASA evolucionó de una destilería pionera a una de las agroindustrias más grandes de América Latina. Con nueve plantas activas, dos en Paraguay y siete en Brasil, la compañía se posiciona hoy entre los mayores productores de biocombustibles del mundo, con una producción diaria que supera los 16 millones de litros. 

“INPASA terminará el 2025 con una producción anual de 5.7 billones de litros de alcohol. Esa cifra nos consolida como uno de los mayores productores de etanol a nivel global”, afirmó a medios nacionales su director general, Enzo Olmedo, quien lidera la estrategia del grupo desde hace casi dos décadas.

La firma abastece prácticamente todo el mercado interno de etanol y exporta cerca del 40% de su producción a destinos como Brasil, Uruguay, Europa y Asia. El marco regulatorio impulsó parte de este avance. “La Ley de Fomento de los Biocombustibles de 2005 y la Ley 5.444/15 fueron claves para el desarrollo del sector”, destacó el directivo de la compañía.

Con un parque automotor que creció cerca del 10% anual en los últimos quince años, la demanda de etanol se amplió de manera significativa, y la empresa respondió con escala industrial. Hoy produce además 73 millones de litros de biodiésel por año, consolidando su participación en el mercado local.

La infraestructura también es determinante. La planta de Nueva Esperanza, en Canindeyú, es un complejo en actualización permanente, con sistemas de monitoreo en tiempo real, mayor automatización, eficiencia energética y tecnología avanzada para tratamiento de efluentes. 

La condición mediterránea de Paraguay también plantea desafíos. La distancia a los puertos exige logística eficiente, rutas previsibles y planificación rigurosa. Aun así, Olmedo sostiene que el modelo demostró su eficiencia incluso desde el interior del país. “Demostramos que se puede exportar con competitividad desde el corazón de Sudamérica”, señaló. En ese contexto, el directivo subrayó la importancia de contar con reglas estables y marcos regulatorios modernos que den seguridad a la inversión y permitan sostener la apuesta industrial a largo plazo.

Es así que Paraguay se posiciona como uno de los mercados más competitivos de la región en biocombustibles. La proyección para 2026 anticipa un crecimiento sostenido y una mayor integración del sector al debate energético nacional. 

 

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