La cadena de valor del hidrógeno comienza a mostrar avances tecnológicos que, aunque se gestan en ámbitos científicos, tendrán impacto directo en la operación futura de Estaciones de Servicio. Uno de los focos actuales está puesto en los materiales utilizados para el almacenamiento y manejo del H2, un aspecto clave para garantizar seguridad, eficiencia y viabilidad económica en su uso comercial.
En ese marco, Julio César Giraldo Ruíz, consultor en Transición Energética Integral, explicó a Surtidores LATAM que la metalurgia viene avanzando en el desarrollo de nuevas aleaciones de aluminio que podrían reemplazar componentes críticos hoy fabricados en aceros inoxidables, especialmente en válvulas utilizadas en sistemas de hidrógeno.
Según detalló el especialista, los aceros inoxidables, si bien son materiales ampliamente probados, presentan desventajas importantes: mayor peso, costos elevados de producción y una mayor susceptibilidad a la fragilización por hidrógeno. Estas limitaciones no solo encarecen los sistemas, sino que también representan desafíos técnicos en aplicaciones donde la presión y la seguridad son determinantes.
Giraldo Ruíz señaló que las válvulas para uso en la industria del hidrógeno deben cumplir exigencias muy específicas: bajo peso, alta resistencia mecánica, buena tenacidad, adecuada maquinabilidad, resistencia a la corrosión y compatibilidad con el H2. A esto se suma la necesidad de soportar la exposición prolongada al hidrógeno sin comprometer su integridad estructural.
En este contexto, las nuevas aleaciones de aluminio con escandio y circonio aparecen como una alternativa prometedora. De acuerdo con el consultor, estos materiales ofrecen una combinación poco habitual: menor peso, mayor resistencia y una elevada resistencia a la fragilización por hidrógeno, resolviendo uno de los dilemas históricos de la ingeniería aplicada a este energético.
Otro punto relevante para los empresarios es que estas aleaciones también permiten reducir la huella de carbono asociada a la fabricación de componentes. “No se trata solo de mejorar el desempeño técnico, sino de acompañar la transición energética con soluciones más sostenibles desde el origen del material”, advirtió Giraldo Ruíz.
Las investigaciones publicadas a lo largo de 2025, explicó el especialista, sientan las bases para una nueva generación de materiales de aluminio diseñados específicamente para un futuro impulsado por hidrógeno, seguros, resistentes y listos para su uso industrial en distintos eslabones de la cadena.
Finalmente, Giraldo Ruíz destacó que el alcance de estas aleaciones va más allá del uso valvular. El desarrollo abre oportunidades en sistemas de almacenamiento como tanques y cilindros, así como en compartimentos para buques, aviones y aplicaciones espaciales, donde el hidrógeno comprimido o licuado y las celdas de combustible jugarán un rol central.












0 comentarios