El Poder Ejecutivo publicó en el Boletín Oficial la Resolución 198/2025 del Instituto Nacional de Tecnología Industrial, que establece disolver el Servicio Argentino de Calibración y Medición (SAC), que impactará en un nuevo marco regulatorio del sistema de control metrológico que históricamente alcanzó a sectores sensibles como el energético y, especialmente, a las Estaciones de Servicio.
El SAC, creado en 1985, articulaba una red federal de laboratorios públicos, privados y universitarios dedicados a la calibración y certificación de instrumentos de medición. Con su eliminación, el Gobierno pretende eliminar superposiciones, unificar criterios y transferir plenamente las competencias de acreditación al Organismo Argentino de Acreditación, que desde 2024 ya había sido incorporado como pieza central del Servicio Nacional de Aplicación de la Ley de Metrología Legal.
La medida no implica un cierre operativo del INTI, sino una reestructuración de una de sus áreas históricas. Sin embargo, abre un escenario de transición en el que las Estaciones de Servicio -uno de los sectores que dependen críticamente de la verificación de surtidores- observan con atención cómo se reorganizará el sistema de supervisión técnica.
El físico y tecnólogo del CONICET Jorge Aliaga, consultado por surtidores.com.ar, explicó que el impacto central no está en la desaparición del SAC en sí, sino en cómo se redistribuirán las competencias dentro del ecosistema de control metrológico. “Lo que cambia es quién valida a los laboratorios y cómo se estructura el circuito de certificación. Habrá que ver de qué manera se garantizan los patrones de referencia y la trazabilidad metrológica en los próximos meses, porque esos elementos son esenciales en cualquier actividad donde se paga por volumen, como ocurre en los combustibles”, señaló.
Por su parte, el expresidente del INTI, Enrique Martínez, recordó que los controles vinculados a la energía y a los combustibles “son de vieja data en la Argentina” y que el INTI fue históricamente el organismo capaz de asegurar la confiabilidad técnica del sistema. Según explicó, “en los años noventa apareció el OAA impulsado por IRAM, intentando asumir parte de las responsabilidades, pero nunca pudo reemplazar al INTI como referencia internacional ni en la preservación de los patrones nacionales. Ahora el Gobierno busca reestructurar ese esquema. Habrá que observar cómo repercute eso en el exterior y en el mercado interno”.
El experto también subrayó que, para el sector estacionero, existen dos antecedentes clave:
- El control de surtidores, que hasta 2003 dependía de la Secretaría de Comercio y que, al pasar al INTI, dio un salto de calidad en materia de medición de volúmenes y control de calidad, aportando transparencia al mercado. Esa función, recordó Martínez, “fue suspendida por este Gobierno hace un año y no está ligada directamente a la eliminación del SAC”, pero forma parte del proceso de transformación actual.
- La supervisión de los volúmenes de producción petrolera, que debería haberse certificado con mayor rigurosidad y nunca logró ser asumida plenamente por el INTI, quedando sujeta a declaraciones juradas de concesionarios.
Fuentes del Gobierno aclararon que la eliminación del SAC no significa que las Estaciones de Servicio queden desprotegidas, sino que se abre una etapa de reorganización. De acuerdo a la normativa, el OAA queda como único organismo facultado para acreditar laboratorios, mientras el INTI deberá enfocarse en funciones estratégicas, como el mantenimiento de patrones nacionales y la representación internacional ante el Bureau de Pesas y Medidas de París.












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