A días de cerrar el año, el análisis del precio de la nafta Súper 95 en Uruguay deja un dato llamativo: atravesó todo el 2025 con una estabilidad casi absoluta. Entre enero y diciembre se movió en un rango mínimo —entre $ 78,02 y $ 78,72— pese a la volatilidad internacional del Precio de Paridad de Importación. La calma en el surtidor, sin embargo, oculta un escenario regulatorio dinámico y decisiones políticas destinadas a suavizar impactos en los consumidores.
UN ARRANQUE CON SALTO FUERTE
El 1º de enero marcó el mayor ajuste del año. La Súper 95 pasó de $ 75,04 a $ 78,54 por litro, impulsada por el PPI de diciembre y por un aumento del IMESI que amplificó el movimiento. Ese salto sentó las bases de un período de cinco meses de estabilidad absoluta: entre enero y mayo el Ejecutivo resolvió no mover el precio, pese a las oscilaciones moderadas en la referencia internacional.
MICROVARIACIONES Y UN ÚNICO AUMENTO EN EL INVIERNO
La primera suba ajuste llegó recién el 1º de junio, cuando el precio bajó levemente a $ 78,47 por litro (-$ 0,07). La medida acompañó una reducción más profunda en el gasoil y fue parte del intento de trasladar al público una mejora del PPI.
La única alza de la Súper 95 en todo el año se registró el 1º de julio, cuando pasó a $ 78,72 (+$ 0,25). El movimiento coincidió con una baja de $ 100 en la garrafa de supergás, medida de fuerte impacto social cuyo financiamiento parcial se buscó a través del ajuste en naftas y gasoil.
Julio también trajo un cambio clave: comenzó a regir la nueva metodología de ajuste. El Precio Ex-Planta pasó a actualizarse mensualmente, mientras que el Precio Máximo de Venta al Público se ajusta cada dos meses, tomando como referencia el promedio de los dos últimos PPI calculados por URSEA. El objetivo: reducir sobresaltos y generar mayor previsibilidad.
Durante julio y agosto, el precio se mantuvo congelado en $ 78,72.
RECORTES DE PRIMAVERA
El movimiento más visible del segundo semestre llegó el 1º de setiembre, cuando la Súper 95 bajó a $ 78,20 (-$ 0,52). Fue la corrección más significativa del año, aunque mantuvo la lógica de ajustes en centésimos que caracterizó al período.
En noviembre y diciembre volvió a recortarse: pasó de $ 78,20 a $ 78,02 (-$ 0,18) y quedó fijada en ese nivel hasta el cierre anual. El gobierno tomó esta decisión en un contexto internacional más favorable y con el objetivo de evitar un aumento en la recta final del ejercicio.
QUÉ DEJA ESTE AÑO PARA LAS ESTACIONES
Visto en perspectiva, el recorrido de la Súper 95 deja varias conclusiones para el negocio de la estación de servicio. En primer lugar, el mercado internacional mostró variaciones fuertes en dólares, pero el traslado al surtidor fue mínimo: un “serrucho” de centésimos que configuró uno de los años más estables de la última década.
Además, el único impacto significativo se dio en el puente diciembre 2024/enero 2025, cuando el aumento de $ 3,50 marcó la base sobre la cual se construyó un año de contención. El resto fue un equilibrio fino entre baja, suba mínima y dos recortes que devolvieron el precio casi a su punto de partida.
Para el operador, la nueva metodología implica convivir con revisiones periódicas y márgenes que pueden ampliarse o comprimirse según la distancia entre el PVP decretado y el PPI de referencia. Además, el 2026 se iniciará con una base más alta que la de diciembre de 2024, lo cual podría limitar el margen político para futuros incrementos si los precios internacionales vuelven a presionar.
Pero la gran señal para las estaciones está en otro lado: cuando el precio del combustible permanece estable, el foco debe correrse a los demás motores del negocio. La relativa quietud del 2025 obliga a reforzar tiendas, servicios de valor agregado, ventas de lubricantes, medios de pago y nuevas unidades asociadas a energías alternativas y movilidad.













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