En Colombia, el mercado de los combustibles se encuentra fuertemente regulado por el Ministerio de Minas y Energía, que supervisa toda la cadena desde los productores hasta los consumidores finales. Sin embargo, la presencia de la informalidad sigue siendo una amenaza latente que afecta tanto la seguridad de los usuarios como la calidad del producto.
Alexander Fique, especialista en combustibles y lubricantes con más de una década de experiencia en el sector, dialogó con Surtidores LATAM y advirtió que recurrir a proveedores informales puede acarrear graves consecuencias legales, técnicas y ambientales.
“Un proveedor dentro de la informalidad te puede suministrar un combustible de contrabando, traído de otro país, que cumple características diferentes a las que se establecen en el marco legal en Colombia”, explicó.
El experto indicó que uno de los riesgos más comunes es la adulteración del combustible. En este proceso, el producto es mezclado con otras sustancias para “rendirlo” y aumentar el volumen disponible para la venta. “Eso va en detrimento de la calidad y del uso de quien lo adquiera de esa forma”, señaló Fique, alertando que esta práctica no solo afecta al vehículo, sino que también genera pérdidas económicas para el consumidor.
Desde el punto de vista legal, el especialista recordó que cada transacción comercial de combustibles a nivel nacional está sujeta a seguimiento por parte de las autoridades competentes. “Si una empresa o persona natural decide adquirir combustible con una compañía que no esté dentro de ese marco legal, se constituye en un delito y acarrea sanciones legales”, precisó.
Otro de los puntos críticos que resaltó Fique es la ausencia de garantías de calidad cuando se adquiere combustible en el mercado informal. En esos casos, no se puede asegurar que la gasolina o el diésel cumplan con las especificaciones mínimas, lo que abre la posibilidad de contaminación con elementos como agua u otras sustancias que pueden afectar el rendimiento de motores y equipos.
El tema de la seguridad también es central en esta discusión. “Se entra en un umbral de riesgo por la manipulación no adecuada, de pronto por desconocimiento de la empresa que lo hace de manera informal. Pueden suceder explosiones, derrames, y eso constituye una afectación al medio ambiente”, advirtió el especialista.
“Otro problema implícito al hacer uso de un proveedor que no esté dentro del marco legal es el tema de la seguridad, porque dentro de la cadena también se garantiza la idoneidad de quienes hacen el manejo el transporte y toda la manipulación del combustible y se puede llegar a incurrir en alguna práctica que represente un riesgo como tal”, concluyó Fique.
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