El control volumétrico se convirtió en un factor central para el sector gasolinero en México. Lo que antes era una opción tecnológica, hoy es una obligación fiscal con consecuencias concretas. La exigencia de la autoridad tributaria nacional impulsó a las empresas a transformar su operación, y quienes no lo hagan a tiempo arriesgan mucho más que sanciones administrativas.
Desde la implementación del Anexo 30 de la Resolución Miscelánea Fiscal (RMF) por parte del Servicio de Administración Tributaria (SAT), todas las empresas que comercializan, transportan, almacenan o consumen hidrocarburos, incluyendo estaciones de servicio, están obligadas a registrar de manera precisa sus operaciones. La meta es combatir la informalidad, evitar el robo de combustibles y garantizar la trazabilidad de los hidrocarburos.
En este contexto, compañías como eGas, especializada en soluciones informáticas para el sector energético, han tomado protagonismo. Según explicó a Surtidores Latam, el ingeniero Iván Iglesias, gerente de Aseguramiento de Calidad de la firma, “el cumplimiento del Anexo 30 dejó de ser una recomendación, hoy es un requisito indispensable que no solo evita sanciones, sino que también brinda garantías al consumidor final sobre la calidad del combustible que recibe”.
En este sentido, las Estaciones de Servicio deben implementar software especializado, llevar bitácoras electrónicas, realizar conciliaciones mensuales de inventario y someterse a verificaciones técnicas anuales. No hacerlo puede acarrear consecuencias severas: desde la suspensión de permisos hasta sanciones penales, pasando por la cancelación de los sellos digitales que permiten emitir facturas electrónicas.
Además del software, el ecosistema del control volumétrico incluye unidades verificadoras acreditadas, consultoras fiscales y energéticas, y proveedores de equipos de medición como sondas o dispensarios. Todos forman parte de una cadena que tiene un único objetivo: registrar con precisión las entradas, salidas y existencias de combustible en cada estación.
En respuesta a este nuevo entorno regulatorio, eGas desarrolló un portafolio de soluciones integradas, tanto de hardware como de software, que facilitan el cumplimiento automatizado de las exigencias del SAT. La empresa destaca que sus sistemas permiten generar reportes al instante, integrarse con plataformas ERP y facturación electrónica, y detectar de forma temprana mermas o inconsistencias en los inventarios.
Por su parte, José Alfredo Cristino Vázquez, al frente de la empresa, impulsó además actualizaciones recientes a la Suite eGas, con mejoras que reflejan los constantes cambios normativos y simplifican los procesos operativos. Para Vázquez, se trata no solo de cumplir con la ley, sino de ofrecer un valor real a las estaciones: mayor eficiencia, reducción de errores y un retorno de inversión tangible.
A pesar de que la normativa lleva tiempo vigente, aún hay un porcentaje significativo de estaciones que no han certificado correctamente sus sistemas. Para empresas como eGas, esto representa una oportunidad. La constante actualización de la RMF y la creciente necesidad de especialización técnica abren una ventana para que los desarrolladores, consultores y técnicos del sector continúen expandiendo sus servicios y ofreciendo soluciones adaptadas.
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