El cambio del galón al litro como unidad de medida en la venta de combustibles ha vuelto a generar debate en Colombia. Se trata de una propuesta que, aunque no es nueva, cobra fuerza en los últimos años dentro de las discusiones del sector energético.
Según diversos expertos, este ajuste responde a la necesidad de estandarizar el sistema de medición de acuerdo con las prácticas internacionales y brindar mayor transparencia a los consumidores.
Johan Efraín Mejía Mejía, propietario y administrador de la Estación de Servicio Texaco Hayuelos en Bogotá, recordó en diálogo con Surtidores LATAM que este tema no es reciente. “Se viene discutiendo desde hace varios años en Colombia. Incluso, un superintendente delegado mencionó en su momento que desde 1931 existe un decreto que obliga a realizar esta transición”, señaló.
Para Mejía, la intención detrás del cambio es positiva, ya que busca “ofrecer una medida más confiable y estandarizada al consumidor”. Sin embargo, advirtió que la implementación del litro como unidad de venta conlleva retos significativos para las Estaciones de Servicio, principalmente en materia de infraestructura y tecnología.
“Su implementación implica inversiones importantes: en muchos casos sería necesario reemplazar surtidores, actualizar plataformas tecnológicas y realizar ajustes en la operación diaria”, explicó.
El empresario agregó que esta modificación también tendría implicaciones contractuales y logísticas. “Habría que revisar los contratos de suministro con los distribuidores mayoristas, ya que la mayoría están definidos en galones, al igual que los aforos de los tanques de almacenamiento y los sistemas electrónicos de inventario, que también requerirían actualizaciones”, detalló.
Ante ese panorama, Mejía consideró que el proceso debe ser progresivo. “Este cambio debe realizarse de manera gradual, acompañado de una comunicación clara y constante que permita educar y preparar al consumidor final, evitando confusiones o inconformidades”, recomendó.
Asimismo, destacó la importancia de que las autoridades y gremios incluyan a los distribuidores minoristas en la discusión. “Es fundamental que la voz de los distribuidores minoristas sea escuchada. Somos quienes damos la cara ante el cliente y quienes asumiremos buena parte del impacto operativo y económico de esta transición”, afirmó.
El empresario insistió en que el éxito de esta medida dependerá de la coordinación entre el Gobierno, los mayoristas y los minoristas. “Nuestra participación es clave para que el proceso sea ordenado, transparente y sostenible”, concluyó Mejía.
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