En los últimos años, a nivel nacional se fueron dando pasos importantes en la adopción de la electromovilidad, tanto en el transporte público como en los vehículos particulares. Sin embargo, aseguran que los avances todavía resultan insuficientes frente a los estándares internacionales en infraestructura de carga y cantidad de unidades en circulación.
En ese sentido, Surtidores LATAM conversó con Julio César Giraldo Ruíz, consultor en Transición Energética Integral, quien destacó que el país ya muestra resultados visibles en materia de transporte masivo: “Bogotá. tiene la tercera flota de buses eléctricos más grande del mundo, superada solo por China y Chile, con 1850 buses del SITP que recargan en electrolineras exclusivas distribuidas en los patio-talleres del sistema”.
En cuanto al servicio particular, Giraldo explicó que el país cuenta con alrededor de 300 electrolineras, concentradas en Bogotá, Medellín, Cali y algunas ciudades del eje cafetero. La capital lidera con unas 70 estaciones de carga, ubicadas en centros comerciales, parqueaderos públicos y, principalmente, en estaciones de servicio que también venden gasolina y diésel.
El especialista aclaró que, por el momento, no existen electrolineras grandes y exclusivas para autos particulares, salvo las destinadas a los buses del SITP. Según indicó, esta limitación responde a que el número de vehículos eléctricos aún no permite sostener un modelo de negocio de ese tipo.
Cabe mencionar que actualmente, el parque automotor colombiano está compuesto por unos 25 mil autos eléctricos y cerca de 135 mil híbridos, de los cuales solo una parte son enchufables y, por tanto, requieren estaciones de carga. Los híbridos ligeros y completos, en cambio, producen su propia electricidad y no dependen de las electrolineras.
No obstante, la cobertura está lejos de cumplir con los parámetros internacionales. “Estamos lejos del estándar mundial de 10 vehículos por cada punto de carga. Para 25 mil autos deberíamos tener 2.500 s, es decir 500 electrolineras con cinco cargadores cada una, como la que se montó en Uruguay días atrás”, advirtió Giraldo.
El consultor resaltó que, en este escenario, la sostenibilidad del negocio de carga eléctrica se encuentra condicionada: “Tener solo estaciones para vehículos eléctricos necesita de un mercado muy grande para sobrevivir económicamente en el tiempo”.
Por ello, recomendó apostar a un modelo integral que combine diversas fuentes energéticas. “Lo mejor para un inversionista privado es tener una Estación de Servicios energéticos donde se atienda diésel, gasolina, gas natural comprimido, AutoGLP, alcohol E85 y autos eléctricos. Es como tener un restaurante con variedad de platos para todos los gustos”, concluyó Giraldo Ruíz.
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