México se encuentra en un momento clave dentro del contexto energético de América Latina. La reciente discusión sobre la regulación del precio de la gasolina es solo una pieza de un rompecabezas más amplio que involucra la producción, importación, infraestructura y la competencia dentro del sector. A medida que el país busca fortalecer su autosuficiencia energética, las decisiones que tome podrían redefinir su posición en la región.
En conversación con Surtidores Latam, Pedro Aguirre Portilla, CEO de Verifigas, señaló que la dependencia de la importación de combustible y la falta de infraestructura de refinación siguen siendo desafíos críticos. «Si produjeramos más, absorbiendo los costos sin importar tanto, podríamos encontrar un beneficio tanto para el empresario como para el consumidor final», explicó Aguirre Portilla.
Actualmente, el país importa gran parte de su gasolina, lo que lo hace vulnerable a las fluctuaciones del mercado internacional. Mientras que otros países de la región, como Brasil y Argentina, han impulsado sus industrias de biocombustibles y producción local, México sigue dependiendo en gran medida de refinerías extranjeras.
En este sentido, Aguirre Portilla advirtió que, sin una estrategia clara para fortalecer la producción interna, cualquier intento de regular los precios podría generar problemas a largo plazo. «Si el precio cae demasiado, algunos empresarios podrían recurrir al huachicol para mantenerse rentables, lo que generaría un problema aún mayor», mencionó.
Otro desafío es la creciente participación de Pemex en el mercado, mientras que las restricciones a la importación de combustibles limitan la competencia. «Antes tenías cinco carreteras alternativas si querías comprar gasolina de diferentes marcas, pero ahora el gobierno ha orientado todo para que las compañías vuelvan a depender de Pemex, como hace 20 o 30 años», indicó Aguirre Portilla.
A nivel regional, el panorama energético de México enfrenta retos particulares. Si bien los precios de la gasolina son más bajos que en otros países latinoamericanos, como Argentina, Uruguay y Chile, la estructura del mercado sigue siendo menos competitiva. «En Estados Unidos, el combustible cuesta cerca de 16 pesos por litro, pero el mercado y los costos de operación son completamente distintos», destacó.
Este debate sobre el precio de la gasolina, es solo un reflejo de un problema más profundo: la necesidad de fortalecer la infraestructura energética. Mientras el sector privado pide mayor apertura y condiciones equitativas, el gobierno enfrenta el reto de equilibrar su control sobre el mercado sin afectar la inversión.
«No se trata solo de regular los precios, sino de construir un mercado más robusto y competitivo para beneficio de todos», concluyó el especialista.
0 comentarios