El gobierno de Paraguay ha anunciado una ambiciosa política energética que marca el comienzo de una transformación profunda en su matriz con miras al año 2050. Firmada por el presidente Santiago Peña bajo el decreto 2.553/24, esta iniciativa tiene como objetivo diversificar las fuentes de generación de energía y reducir la dependencia de los hidrocarburos, en sintonía con los esfuerzos globales de transición.

El plan incluye la adopción de alternativas energéticas, subrayando el compromiso del país con la sostenibilidad. Según expresó el viceministro de Minas y Energía, Mauricio Bejarano, a Surtidores Latam, el subsector de hidrocarburos recibirá especial atención con la integración de gas natural como nuevo aliado. 

Este gas, en un principio proveniente de Argentina, será distribuido a través de un gasoducto, con el objetivo de incentivar la exploración nacional. “Estamos plenamente embarcados en este proyecto, y por consiguiente sabemos que la inversión en búsqueda de petróleo va a aumentar”, aseguró Bejarano. 

En paralelo, la política energética contempla un impulso significativo a los biocombustibles, con el objetivo de aumentar las mezclas y disminuir la dependencia de la importación. Este desarrollo no solo refuerza la autonomía del país, sino que también genera una cadena de valor en la producción de biocarburantes a nivel nacional. 

Asimismo, una de las apuestas más innovadoras es la inversión en infraestructura para producir y distribuir hidrógeno a gran escala. El mismo es considerado clave y podría posicionar a Paraguay como un centro de producción de H2 en América Latina, beneficiando tanto a las industrias locales como al mercado de exportación de energía.

“El hidrógeno es el futuro”, afirmó Bejarano, subrayando la relevancia de este combustible en los planes de largo plazo del país. El desarrollo de soluciones energéticas basadas en esta alternativa no solo permitiría a Paraguay cumplir con los objetivos internacionales de sostenibilidad, sino que también lo convertiría en un actor central dentro del creciente mercado de energía renovable en la región.

Además, el plan incluye la promoción de la electromovilidad en el sector público y el transporte sustentable, con la incorporación de vehículos híbridos y eléctricos, lo que reduciría aún más la dependencia de los combustibles fósiles.

El decreto 2.553/24 establece cerca de 300 metas a largo plazo orientadas a asegurar la seguridad energética de Paraguay. Con esta estrategia, el país no solo busca cubrir sus necesidades energéticas internas, sino también posicionarse como un actor fundamental en la provisión de energías renovables a nivel internacional.