El cierre de la capacitación de diez jóvenes en Corea del Sur no solo confirmó la apuesta por la electromovilidad y la manufactura avanzada, también tendió un puente entre la industria tradicional de hidrocarburos y las nuevas demandas de un parque automotor en transición.
Con capital humano mejor preparado, el país se posiciona para atraer inversiones que integren autopartes, movilidad eléctrica y servicios energéticos en un mismo ecosistema donde las estaciones de servicio ganan protagonismo.
El acto estuvo encabezado por el viceministro de Industria, Marco Riquelme, quien resaltó el potencial de la juventud paraguaya para dinamizar la innovación en el sector automotriz. Según planteó, las ventajas geográficas y económicas del país, sumadas a la calidad de la mano de obra joven, constituyen un imán para proyectos productivos de alto valor agregado. Al interior del MIC, agregó, se concibe este paso como un hito en la implementación del proyecto que prioriza la especialización en matricería, una disciplina con fuerte proyección de crecimiento en Paraguay.
Se trató del tercer grupo de profesionales que completó cuatro meses de formación intensiva en Corea del Sur, enfocado en matricería, movilidad eléctrica y manufactura, en el marco del “Convenio de Apoyo al Centro TASK Paraguay de Autopartes y Plan Piloto de Movilidad Eléctrica Sostenible”. La cohorte estuvo integrada por Luis Cáceres, Welington Báez, Jens Krauch, Ulises Szumega, Gisselle Uldera, Tiago Chamorro, Guido Martínez, Micaela Ramírez, Pedro González y David Vente.
En nombre del grupo, Guido Martínez agradeció la oportunidad de incorporar conocimientos y técnicas que permitirán dar un salto en la industria de autopartes y en el despegue de la electromovilidad local.
La ceremonia contó con la presencia del embajador de la República de Corea en Paraguay, Chansik Yoon, y representantes del Instituto Coreano de Promoción de Tecnología Industrial, del Instituto Tecnológico Automotriz de Coreay de la Embajada de Paraguay en Seúl. Esa articulación institucional, coincidieron las autoridades, es el respaldo que necesita el país para convertir formación en capacidad instalada y, con ello, en nuevas líneas de producción y servicios energéticos.
El foco en combustibles aparece de manera natural en esta agenda. En su intervención, Riquelme subrayó que profesionalizar la matricería y la manufactura no es solo formar especialistas: es preparar a la cadena de valor que abastece al transporte, donde los combustibles líquidos seguirán conviviendo con la energía eléctrica durante años.
Desde la óptica del mercado, el entrenamiento en Corea abre una ventana para diversificar la oferta energética en la red de abastecimiento. Con nuevos técnicos, la industria local puede desarrollar componentes más eficientes para motores, sistemas de gestión térmica y estructuras que reduzcan consumos y emisiones, al tiempo que las estaciones de servicio se preparan para ofrecer un portafolio mixto: combustibles tradicionales junto a puntos de carga y servicios asociados.
El proyecto se sostiene en una cooperación público-privada y binacional: ITAIPU, el MIC, KATECH y el PTI-PY impulsan la consolidación del Centro Tecnológico TASK y la transferencia de conocimiento hacia la fabricación industrial. Hasta la fecha ya se formaron 30 técnicos y la meta es alcanzar 40 especialistas en matricería y electromovilidad, con un nuevo llamado previsto para 2026.
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