La fuga de gas registrada en la madrugada de ayer en un grifo del distrito de Mi Perú, en Ventanilla, desencadenó la intervención de OSINERGMIN y reactivó la preocupación vecinal por la seguridad en la zona. El incidente, reportado por los propios habitantes del sector, expuso nuevas irregularidades en el establecimiento y abrió el debate sobre la operación de grifos que no cumplen la normativa.
Según informó a través de un documento la entidad, su equipo técnico acudió al lugar apenas se difundió la alerta. En una revisión preliminar, se identificó que el establecimiento solo contaba con registro para vender combustibles líquidos tales como gasoholes y diésel, mientras que su área destinada al suministro de GLP aún no tenía autorización formal.
Pese a ello, el organismo supervisor comprobó la existencia de almacenamiento y manejo de GLP, lo que, según expresaron, constituye una falta grave y evidencia operación informal.
Ante esta situación, se dispuso el cierre total del establecimiento. La entidad señaló que continúa evaluando la aplicación de sanciones administrativas adicionales, en línea con la normativa sectorial que exige estándares estrictos de seguridad y el registro adecuado para cualquier actividad de comercialización de hidrocarburos.
En ese sentido, OSINEGRMIN recordó que la licencia de funcionamiento corresponde exclusivamente a las municipalidades, y que ningún establecimiento puede operar sin ambos permisos: el sectorial y el municipal.
Mientras los equipos de respuesta técnica atendían la fuga, los vecinos denunciaron que el establecimiento operaba irregularmente desde hace años. Aseguraron que se trata de un “Grifo clandestino” y afirmaron que el local acumula dos décadas sin licencia municipal. También relataron molestias de salud derivadas de episodios previos de exposición al gas, como dolores de cabeza y problemas respiratorios.
La madrugada del incidente, los residentes indicaron que el personal del grifo intentó activar protocolos de emergencia que no funcionaron, lo cual agravó el riesgo. La situación obligó a la intervención de los bomberos, quienes trabajaron para controlar la fuga y reducir la dispersión del GLP.
Finalmente, Osinergmin confirmó que el grifo fue clausurado de manera definitiva por operar sin autorizaciones y por incumplir las condiciones mínimas de seguridad. El organismo anunció que continuará supervisando establecimientos similares para evitar riesgos a la población y garantizar el cumplimiento normativo en todo el corredor de Ventanilla.














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