Mientras la transición energética se acelera, el país empieza a perfilarse como un actor con múltiples cartas por jugar en el desarrollo del hidrógeno como vector energético. En tanto, el hidrógeno verde captura la atención internacional por sus bajas emisiones, expertos llaman a ampliar la mirada hacia otras tipologías que podrían ofrecer ventajas técnicas, económicas y sociales en el corto y mediano plazo.

Julio César Giraldo Ruíz, consultor en Transición Energética Integral, conversó con Surtidores LATAM y sostuvo que es importante pensar en una estrategia de desarrollo del hidrógeno adaptada a las condiciones propias del país.

“Al interior de Colombia debemos pensar en producción y consumo de hidrógeno azul —a partir del gas natural con captura de carbono— y fomentar la exploración de hidrógeno blanco (natural o geológico), especialmente en zonas del Putumayo y el piedemonte llanero”, explicó.

El especialista también introdujo el concepto de hidrógeno dorado, una alternativa que cobra relevancia en la coyuntura actual: “La producción a partir de pozos de petróleo en decadencia en varias zonas de la geografía nacional podría brindar un buen apoyo a la política de empleo y visión social del gobierno actual”, afirmó.

En paralelo, Giraldo Ruíz no descartó el potencial del hidrógeno verde, pero subrayó que debe ubicarse dentro de un enfoque realista. En su visión, los desarrollos a partir de energía eólica offshore (mar adentro) en el Caribe colombiano —en aguas de los departamentos del Atlántico, Magdalena, Bolívar y Sucre— “se vislumbran prometedores”. Asimismo, mencionó el caso de la energía eólica onshore en La Guajira, aunque reconoce que “allí están retrasados proyectos importantes”.

El debate sobre el uso eficiente del hidrógeno también ocupó un lugar central en su análisis. “Debemos ser muy conscientes en que ciertos usos del hidrógeno son energéticamente ineficientes en comparación con otros recursos más baratos de los que disponemos en el país, como el gas natural, el gas LP y los biocombustibles”, advierte. En esa línea, remarcó que estos combustibles no solo son de bajas emisiones, sino que también generan un impacto social positivo.

Desde su experiencia como consultor, Giraldo Ruíz insistió en la necesidad de desarrollar una matriz energética diversificada que reconozca el potencial de todas las fuentes. “No se trata de poner todos los recursos en el hidrógeno verde, sino de construir una ruta de transición que aproveche nuestras fortalezas regionales y tecnológicas”, comentó.

El mensaje implícito en sus palabras es claro: si bien el hidrógeno tiene un papel que jugar en la descarbonización de Colombia, su implementación debe considerar aspectos técnicos, económicos y sociales. “Una transición energética integral es aquella que incluye a las comunidades, genera empleo y se adapta a la realidad del país”, concluyó.