Siete pisteros de una Estación de Servicio de Punta del Este fueron procesados tras una investigación policial que detectó maniobras irregulares con cargas y tarjetas en el surtidor. Un octavo involucrado permanece prófugo.
El caso, difundido por medios locales, encendió las alarmas en todo el sector de combustibles. La Justicia trabaja ahora para tipificar la figura de “asociación para delinquir”, lo que podría agravar la situación de los imputados.
MANIOBRAS EN LA PISTA
La paciente investigación policial que lleva un mes, comenzó a raíz de irregularidades detectadas en las operaciones de carga y pago con tarjetas por parte del operador quien radicó la denuncia, según pudo saber Surtidores a través de una fuente reservada del departamento.
De acuerdo con esta fuente, los trabajadores habrían manipulado transacciones en beneficio propio, ocasionando perjuicios económicos a la empresa.
La Policía de Maldonado intervino y elevó los antecedentes a la Justicia, que ahora dispondrá el futuro de procesal de los siete imputados.
Aunque el caso continúa en etapa de investigación, la medida representa un golpe significativo para la estación involucrada y proyecta efectos más amplios sobre la percepción pública hacia todo el rubro.
¿MAYOR CONTROL INTERNO?
El episodio pone sobre la mesa la necesidad de reforzar controles internos más rigurosos en las estaciones de servicio. Este tipo de maniobras, llevadas adelante por trabajadores coludidos, pueden vulnerar sistemas tecnológicos sin que estos emitan alertas, especialmente cuando existen acuerdos internos para delinquir.
Entre las medidas que suelen recomendarse en el sector figuran: auditorías sorpresivas y periódicas, monitoreo en tiempo real de transacciones, rotación de personal en turnos sensibles, supervisión cruzada entre caja y pista, sitemas de cámaras y control volumétrico.
INVESTIGACIÓN EN CURSO
Los procesamientos dictados no implican condena. La Fiscalía y la defensa deberán ahora presentar pruebas para determinar los delitos específicos y las responsabilidades individuales. Podrían establecerse figuras vinculadas a estafa, hurto o administración fraudulenta, además de la eventual asociación para delinquir.
NUEVOS DESAFÍOS POR PAGOS ELECTRÓNICOS
Más allá de la marca o el sello involucrado, este caso refuerza la necesidad de profesionalizar la gestión interna de las estaciones, un tema que redes, operadores y marcas vienen abordando en los últimos años.
La expansión de nuevos medios de pago, sistemas automáticos y plataformas digitales introduce riesgos adicionales. En este caso, los trabajadores dejaban la venta abierta en el surtidor para el cliente siguiente, con cobros dobles, aprovechando vulnerabilidades operativas.
Para el sector, este episodio representa una oportunidad para reforzar protocolos, auditar prácticas y reafirmar el compromiso con la transparencia, en un mercado donde la confianza es el principal activo, máxime cuando el autodespacho puede ser una buena solución.
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