El sector de hidrocarburos en México llega al cierre de 2025 con un nivel de transformación pocas veces visto en tan poco tiempo. Entre la renovación del marco regulatorio, la creación de nuevas instituciones y el esfuerzo por combatir la ilegalidad, el mercado se prepara ahora para un 2026 que podría reconfigurar la operación de las Estaciones de Servicio. La Asociación Mexicana de Proveedores de Estaciones de Servicio, considera que el próximo año será crucial para destrabar permisos, impulsar nuevas tecnologías y consolidar la transición energética en el país.

Los cambios introducidos en los últimos doce meses fueron profundos: desde el Registro Nacional de Instalaciones de Gasolinas y Gas LP hasta el nuevo reglamento de balizado para trazabilidad de combustibles, pasando por el acuerdo de precio tope, los controles volumétricos y el reemplazo de la CRE por la Comisión Nacional de Energía. Cada una de estas piezas ha sentado las bases de un ecosistema con mayores exigencias, pero también con más oportunidades.

En ese contexto, AMPES observa que el nuevo marco normativo abre la puerta a una mayor profesionalización del sector. El organismo, encabezado por Ricardo Quiroz, estima que la seguridad jurídica y operativa podría incentivar la entrada de nuevos jugadores, al menos un 15% más que en 2025, lo que dinamizará la competencia en un mercado históricamente regulado. “Estamos entrando en una etapa donde la formalidad y el cumplimiento se convertirán en un diferenciador clave para los permisionarios”, señalan los especialistas del organismo.

La reconfiguración institucional abre la expectativa de que 2026 sea el año en que finalmente se libere una nueva ola de permisos. Desde la organización expresaron a Surtidores Latam que proyectan que el número de gasolineras podría crecer alrededor de 3.5% respecto al año anterior, en un giro que reactivaría inversiones largamente detenidas. Para la asociación, la llegada de la CNE será determinante para otorgar certeza y agilizar los trámites.

Asimismo, se prevé que la presencia de infraestructura para vehículos eléctricos deje de ser una excepción para convertirse en una tendencia real. El cambio más notable, según el organismo, será el avance de estaciones multimodales: espacios donde convivan dispensadores de gasolina junto con cargadores eléctricos ubicados en zonas distintas al área de despacho tradicional, como estacionamientos o áreas comerciales. Esto se debe a que la normativa actual no permite integrar cargadores directamente en la isla de combustible, obligando a repensar la infraestructura.

El impulso a la transición energética también tendrá un capítulo propio. AMPES anticipa un escenario donde la convivencia de distintas fuentes de energía para la movilidad se vuelva parte del día a día de los consumidores. Una de las señales más claras será el crecimiento de los biocombustibles, especialmente el etanol.

La asociación estima que en 2026 aumentará el porcentaje permitido de mezcla en gasolinas, pasando del actual 5.8% a un 10%. Este ajuste no solo sigue la tendencia internacional, sino que también podría generar beneficios en costos y emisiones, una discusión que viene tomando fuerza en México desde hace varios años.