La radiografía de la tasa de mantenimiento vial para 2025 vuelve a poner en primer plano una de las discusiones más sensibles para el sector de los combustibles. A partir de los datos del Portal de Transparencia Fiscal del Gobierno nacional, elaborados sobre la base de ordenanzas fiscales y tarifarias municipales vigentes al inicio del ejercicio, se consolida un mapa heterogéneo de alícuotas que impactan de manera directa en el precio final que pagan los usuarios y en la operatoria cotidiana de las Estaciones de Servicio.

El relevamiento, confeccionado con información obtenida de los sitios web oficiales de los municipios hasta el 31 de marzo de 2025, muestra diferencias significativas entre distritos. En la Patagonia, por ejemplo, Cipolletti fijó una tasa del 4,50 por ciento para todos los combustibles líquidos y el GNC, nivel que se replica en varias ciudades de Neuquén como Centenario, Cutral Co, Neuquén capital, Plaza Huincul, Plottier, San Martín de los Andes, Senillosa y Villa Pehuenia Moquehue, ubicándose entre los porcentajes más elevados del país.

En el Área Metropolitana de Buenos Aires el escenario es más fragmentado. Marcos Paz aplica un 0,80 por ciento para combustibles líquidos y un 0,40 para GNC; Escobar y Tigre combinan alícuotas del 0,90 y 1 por ciento según el tipo de producto; mientras que distritos como Hurlingham, La Matanza, Almirante Brown, Avellaneda y Berazategui avanzan con tasas que oscilan entre el 1,22 y el 2,39 por ciento. En Santa Fe, en tanto, Rosario, Funes, Granadero Baigorria y Capitán Bermúdez establecieron una tasa uniforme del 1,60 por ciento.

Este mosaico tributario no es neutro para la actividad. La tasa vial se traslada al precio en surtidor, erosiona la competitividad entre bocas de expendio de distintos municipios y presiona sobre márgenes ya ajustados por el aumento de costos laborales, financieros y energéticos. Además, al gravar el volumen vendido, golpea con mayor fuerza a las estaciones de alto despacho, muchas de ellas ubicadas sobre corredores logísticos estratégicos.

Desde hace tiempo, la Federación de Entidades de Combustibles viene advirtiendo sobre estos efectos. La entidad sostiene que la tasa vial desnaturaliza su supuesto carácter contributivo y termina funcionando, en los hechos, como un impuesto encubierto sobre un insumo clave para la economía. “Los combustibles ya soportan una carga impositiva muy elevada a nivel nacional y provincial, y sumar tributos municipales genera un efecto cascada que impacta directamente en el precio que paga el consumidor”, señaló el presidente de la FEC, Juan Carlos Basilico en diálogo con Surtidores.

El dirigente también puso el foco en la falta de uniformidad y previsibilidad del esquema. “La coexistencia de alícuotas tan dispares entre municipios introduce distorsiones, fomenta el traslado de consumidores hacia zonas con menor carga y perjudica a las estaciones que quedan en desventaja competitiva. Así es muy difícil planificar inversiones y sostener la actividad”, advirtió Basilico, al tiempo que reclamó reglas más homogéneas para todo el país.

Por último, el titular de la Federación cuestionó el destino de los fondos recaudados. “La tasa se justifica como un aporte al mantenimiento vial, pero muchas veces no vemos una correlación clara entre lo que se cobra y las obras que se ejecutan. Necesitamos transparencia y que esos recursos vuelvan en mejoras concretas de infraestructura, porque también de eso depende el funcionamiento seguro y eficiente de las estaciones”, subrayó.