Paraguay está decidido a convertirse en un actor principal del nuevo mapa energético regional. Con la mirada puesta en conectar el yacimiento argentino de Vaca Muerta con los mercados brasileños, el país impulsa con fuerza el proyecto del gasoducto bioceánico, una obra estratégica que no solo promete integración, sino también desarrollo e inversión para la región. La propuesta paraguaya, según sus autoridades, no solo es viable: es la más eficiente.
Desde el Viceministerio de Minas y Energía del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), aseguraron que las condiciones geográficas del Chaco paraguayo y la franja de dominio ya liberada a la vera del Corredor Bioceánico convierten al trazado por Paraguay en la opción más rápida y económica.
“No habrá necesidad de expropiaciones ni complicaciones técnicas en el suelo; los pasos de ríos ya están contemplados en los planes de infraestructura”, explicaron desde la cartera energética.
Por su parte, Mauricio Bejarano, viceministro del área, fue enfático al señalar que el país avanza en conversaciones auspiciosas con Argentina y Brasil. En declaraciones, reveló que tras reuniones mantenidas recientemente en Buenos Aires y Brasilia, los tres países coincidieron en la necesidad de formalizar un memorándum de entendimiento que permita dar luz verde a los estudios técnicos de factibilidad. “Hay un interés genuino de ambos lados de la frontera, y eso es clave para el impulso del proyecto”, aseguró.
Pero el gasoducto no solo es un puente entre dos gigantes energéticos. Para Paraguay, representa una oportunidad sin precedentes. La obra podría abrir la puerta a exploraciones internas de gas natural, con expectativas reales de hallazgos significativos.
Bejarano destacó que el gas natural, por su versatilidad, sería un motor de transformación industrial para el país. “Hoy, en Brasil, el 60 % del gas se utiliza en industria pesada. Paraguay podría seguir un camino similar con sectores como el cementero o el de fertilizantes. También sería un insumo clave para la generación eléctrica”, indicó.
Con esta iniciativa, el país no se conforma con ser territorio de paso: apunta a consolidarse como un hub energético, capaz de atraer inversiones, diversificar su matriz energética y fomentar el desarrollo industrial. La circulación de gas a gran escala, se proyectan 30 millones de metros cúbicos diarios, abriría un nuevo mercado energético en el corazón del continente.
Con una propuesta concreta, respaldo geopolítico y ventajas técnicas evidentes, Paraguay juega una carta fuerte en la integración regional. El próximo paso será la firma de los memorándums de entendimiento y el inicio de los estudios técnicos.
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