El vuelco de un camión cisterna que perdió cerca de 50.000 litros de gasoil sobre la avenida Madame Lynch encendió las alarmas por la posibilidad de contaminación de la toma de agua de Viñas Cué, ubicada a pocos centenares de metros del riacho San Francisco, afluente del arroyo Itay. El hidrocarburo fue arrastrado por las canaletas pluviales hacia el cauce, lo que generó un riesgo claro de que la mancha se extendiera hasta el río Paraguay.
Desde la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay, su titular, Luis Fernando Bernal, aseguró que la provisión de agua potable no corre riesgos inmediatos. “Estamos haciendo controles cada media hora en la boca de succión y, en caso de que el combustible se aproxime, vamos a cerrar las compuertas y activar el tratamiento con carbón activado”, explicó.
Al mismo tiempo, reconoció un incremento preocupante de reportes de filtraciones de combustible en distintas zonas del país, muchos de ellos relacionados con tanques defectuosos en Estaciones de Servicio. “Muchas gasolineras no cuentan con los depósitos adecuados y el combustible termina filtrándose a la napa freática. Nosotros intervenimos en las zonas donde prestamos servicio, pero los controles ambientales corresponden al MADES y a los municipios”, puntualizó.
En diálogo con Surtidores Latam, la ingeniera industrial y especialista en gestión de riesgos HSE, Lilian Fátima Nunes Salas, sostuvo que el caso evidencia la urgencia de mayores controles y preparación. “La protección de las aguas subterráneas exige a las autoridades ser más rigurosas y a la sociedad, más exigente con las empresas en cuanto a responsabilidad ambiental y seguridad”, afirmó.
También se refirió a ciertos dilemas que surgen en la mayoría de los surtidores paraguayos: “La antigüedad de los tanques suele ser un denominador común en las estaciones de servicio, es un problema crítico, sumado a las cañerías que provocan derrames”.
Técnicos del MADES, en coordinación con el Ministerio Público, realizaron una inspección en la zona y constataron que parte del hidrocarburo ingresó a desagües pluviales con conexión hacia el arroyo Itay. Durante la visita se recolectaron evidencias técnicas para determinar el alcance del impacto y se exigió a los responsables del transporte medidas de contingencia urgentes para controlar y tratar los materiales afectados.
Además, la experta advirtió sobre la vulnerabilidad de las tomas de agua de Essap: “Si el combustible entra en contacto con las cañerías y bombas de succión, estas quedan contaminadas. Este fue un caso de un camión, pero si se tratara de una barcaza, la situación sería muy grave”.
Mientras Essap mantuvo la vigilancia técnica y coordinó con el Ministerio del Ambiente, su presidente reclamó sanciones ejemplares contra la empresa responsable y pidió mayor coordinación interinstitucional para evitar episodios similares.
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