Desafíos Electromovilidad Perú
Perú.
22 Oct, 2025
Análisis. Aseguran que Perú tiene potencial para la electromovilidad, pero necesita infraestructura y mayor articulación público-privado
Advierten que la falta de cargadores rápidos, los altos costos iniciales y el desconocimiento del público son los principales obstáculos para el avance del transporte eléctrico en el país.

El impulso de la electromovilidad en Perú avanza, pero todavía enfrenta grandes desafíos estructurales que limitan su expansión. Así lo advirtió César Alfredo Peña Ramos, consultor en Generación de Sistemas Aislados, Energías Renovables, Electromovilidad e Hidrógeno Verde, quien sostuvo en diálogo con Surtidores LATAM que “el país cuenta con un enorme potencial para adoptar vehículos eléctricos, pero aún faltan condiciones que permitan un crecimiento sostenido y masivo del sector”.

Uno de los principales retos, según el especialista, es la infraestructura de carga limitada, especialmente en lo que respecta a los puntos de carga rápida (DC). “La disponibilidad de cargadores sigue siendo insuficiente para generar confianza entre los usuarios. Sin una red de carga confiable, accesible y disponible, difícilmente se podrá incentivar la adopción masiva de vehículos eléctricos”, explicó Peña Ramos.

El experto también destacó el tema de los altos costos iniciales como un freno para los consumidores. “Hoy los vehículos eléctricos pueden costar entre 20% y 40% más que uno de combustión interna, aunque esta diferencia se ha ido reduciendo. La caída en el precio de las baterías —que representan alrededor del 40% del costo total del vehículo— está acelerando el proceso y en los próximos dos o tres años podríamos alcanzar la paridad de precios”, asegura.

A ello se suma la falta de incentivos fiscales adecuados. Peña Ramos considera que, aunque existen algunas medidas, “el apoyo del Estado sigue siendo insuficiente para que los vehículos eléctricos sean más asequibles y competitivos frente a los tradicionales”. En ese sentido, propuso una política de beneficios tributarios y programas de financiamiento que estimulen tanto la adquisición de autos eléctricos como la instalación de infraestructura de carga.

El consultor también remarcó el peso del desconocimiento y la percepción negativa que todavía existe entre los consumidores. “Muchos usuarios tienen información limitada sobre cómo funcionan los vehículos eléctricos y los beneficios que ofrecen. Esto genera mitos y desconfianza, cuando en realidad son tecnologías seguras, limpias y con menores costos de operación”, sostuvo.

En ese contexto, Peña Ramos expresó la necesidad de una colaboración más amplia entre sectores, donde participen el Estado, los fabricantes, las empresas eléctricas, las universidades y las asociaciones del rubro. “Solo con una articulación multisectorial y transversal podremos desarrollar una red de carga integral y confiable que permita acelerar el despliegue de la electromovilidad en todo el territorio”, indica.

Pese a las dificultades, el experto mantiene una visión optimista. “El interés está creciendo, sobre todo en el transporte público, con la incorporación de buses eléctricos, y también en sectores como la minería y la agroindustria, que están empezando a apostar por soluciones sostenibles”, afirmó. Para él, el país se encuentra en un punto de inflexión donde la planificación y la voluntad política serán claves para consolidar el cambio hacia una movilidad más limpia.

Contamos con recursos naturales, conocimiento técnico y una industria energética en evolución. Lo que falta es decisión y una hoja de ruta clara que una esfuerzos públicos y privados para que la electromovilidad deje de ser una promesa y se convierta en una realidad cotidiana”, concluyó Peña Ramos.

 

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