La compañía estatal Petroperú, que gestiona una red de más de 700 Estaciones de Servicio a nivel nacional, atraviesa uno de los procesos de reestructuración más importantes de los últimos años. El Gobierno peruano anunció un cambio total de su directorio, con el objetivo de revertir las pérdidas millonarias acumuladas y encaminar a la empresa hacia una etapa de sostenibilidad y eficiencia.
La ministra de Economía y Finanzas, Denisse Miralles, confirmó horas atrás que la empresa “debe dejar de generar costos y empezar a crear valor”. En ese sentido, adelantó que la Junta General de Accionistas presentará en las próximas semanas un plan de recuperación rápida, con medidas concretas de corto plazo enfocadas en restablecer la rentabilidad y reducir el impacto fiscal de la compañía sobre las cuentas públicas.
El anuncio se da tras la salida de Alejandro Narváez de la presidencia del directorio. En su reemplazo, Fidel Moreno Rodríguez asumió el cargo de forma interina, mientras que José Manuel Rodríguez fue designado como nuevo gerente general el pasado 25 de octubre, según informó la Superintendencia del Mercado de Valores. Sin embargo, Narváez pidió revisar el procedimiento de su destitución, advirtiendo posibles implicancias en materia de gobernanza institucional.
“La decisión forma parte de una reestructuración total de Petroperú», remarcó Miralles, al señalar que la meta es fortalecer tanto la gestión administrativa como el gobierno corporativo. Según explicó, se evaluó cuidadosamente el perfil de los nuevos directores para garantizar que su visión esté alineada con los objetivos del Ejecutivo, centrados en la transparencia, la eficiencia y la autosostenibilidad financiera.
Durante la Reunión de Alto Nivel para el Fortalecimiento del Clima de Inversión y la Competitividad, la ministra subrayó que los cambios se concretarán esta semana. “Es necesario que Petroperú vuelva a ser una empresa que genere ingresos, que no represente un riesgo para la sostenibilidad fiscal y que contribuya al crecimiento económico del país”, enfatizó.
Los más recientes resultados financieros reflejan una pérdida de US$355 millones al cierre de septiembre de 2025. Aunque el déficit continúa siendo elevado, representa una mejora respecto al mismo periodo del año anterior, impulsada principalmente por el mayor rendimiento de la Refinería de Talara y los avances en eficiencia operativa. No obstante, los ingresos totales cayeron a US$2.593 millones, frente a los US$2.644 millones registrados en 2024.
En ese contexto, el Gobierno busca evitar que la empresa siga requiriendo apoyo financiero directo del Estado, mientras el mercado observa la posibilidad de un “rescate tipo Pemex” como última alternativa.













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