La industria del Gas Natural Comprimido vivió ayer una de sus jornadas más significativas de los últimos años. En la Bolsa de Comercio de Buenos Aires y organizado por Surtidores, se llevó adelante el Primer Foro Nacional de GNC, un encuentro que reunió a funcionarios nacionales y metropolitanos, reguladores, referentes del sector privado, fabricantes, estacioneros, académicos y proveedores de tecnología. El clima de la jornada estuvo marcado por un diagnóstico común y una coincidencia generalizada: la Argentina debía volver a apostar al GNC como vector clave de su matriz de transporte, y para ello resultaba necesario trazar un plan sólido que permitiera alcanzar —e incluso superar— los 2.000.000 de vehículos convertidos para 2030.
La apertura estuvo encabezada por el director del Instituto de Energía de la Universidad Austral, Roberto Carnicer, ofreció un panorama actualizado del gas natural como energía de transición y su relación con mecanismos como los bonos de carbono. Según explicó, el GNC podía ocupar un rol central en la estrategia ambiental de Argentina, especialmente en transporte pesado y logística.
Posteriormente, se expresaron el director nacional de Eficiencia Energética de la Subsecretaría de Transición y Planificación Energética, Horacio Risso, la gerente de Gas Natural Vehicular del ENARGAS, María Fernanda Martínez, y el representante del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Matías Caldera, responsable de Nuevas Tecnologías y Cambio Energético de la Secretaría de Transporte. La moderación del foro estuvo a cargo de Daniel Nuñez, gerente de Operaciones del MEGSA.
Desde el inicio, quedó claro que el objetivo común era reconstruir un sendero de crecimiento para un sector que había perdido dinamismo en la última década, con una caída del 20% en las conversiones. Los funcionarios coincidieron en que el Estado debía acompañar la innovación regulatoria y orientar las inversiones, posicionando al GNC como una herramienta estratégica en la transición hacia energías más limpias y económicas.
Risso y Martínez remarcaron que el país contaba con recursos, cadena productiva e infraestructura suficiente para revitalizar el sistema de GNC, siempre que se lograran reglas claras y marcos regulatorios predecibles. Caldera, por su parte, aportó la mirada urbana, destacando que el año próximo se incorporarán cientos de colectivos a GNC.
En el segundo panel, representantes de Alpes Energy, Gasener y Victorio Podestá analizaron los desafíos del abastecimiento y la competitividad. Se planteó la necesidad de garantizar un flujo estable de gas para el mercado vehicular y evitar situaciones de dominancia en regiones donde solo operaba una Estación de Servicio, lo que encarecía los precios e inhibía nuevas conversiones.
El debate continuó con un panel dedicado a la industria del equipamiento, con referentes de AGIRA, Pump Control y Aspro Energy, quienes remarcaron la fortaleza tecnológica del país y la necesidad de impulsar la innovación local.
La movilidad fue protagonista con la presencia de Agrale, CECHA y Contegas, quienes vincularon al GNC con las necesidades de flotas urbanas, camiones y transporte de carga. Subrayaron que la tecnología ya disponible permitía acelerar la transición energética en segmentos con alto impacto en emisiones y costos.
El cierre estuvo a cargo del interventor del ENARGAS, Carlos María Casares, quien reforzó el acompañamiento del organismo al ecosistema del GNC y celebró el consenso alcanzado en la jornada.
EL PLAN PARA ALCANZAR LOS 2.000.000 DE VEHÍCULOS
La presidenta de la Cámara del GNC, María Eugenia Fracchia, Juan Carlos Fracchia (Inflex) e Ignacio Barousse (gerente Comercial de Gasener) fueron los encargados de detallar los lineamientos de la iniciativa. Coincidieron en que la Argentina contaba con condiciones excepcionales para recuperar el crecimiento del GNC: infraestructura instalada, industria nacional consolidada, recursos energéticos competitivos y una demanda potencial que abarcaba tanto vehículos particulares como camiones y colectivos.
El titular de Inflex enfatizó que el país había perdido terreno pese a tener ventajas comparativas únicas. Señaló que en los últimos diez años el parque de vehículos a GNC se redujo un 20 por ciento, y sostuvo que la recuperación requería un enfoque integral: “Si queremos volver a crecer, debemos ir por todas las opciones: transporte liviano, pesado, conversiones particulares y producción nacional de equipamiento”.
El plan propone medidas para impulsar la competitividad:
- Reducir el precio del GNC, revisando componentes vinculados al gas importado.
- Generar incentivos fiscales, como rebajas de patentes para vehículos convertidos, similar a los eléctricos.
- Ofrecer créditos blandos para conversiones, con esquemas donde el usuario pagara la instalación con el ahorro de combustible.
- Impulsar campañas de marketing y comunicación, ante la pérdida de visibilidad del sistema.
- Desarrollar corredores azules para transporte pesado, integrados con acuerdos con Chile y Brasil.
- Simplificar habilitaciones de estaciones de carga, una demanda histórica que comenzó a destrabarse.
Además, se abordó la necesidad de revisar aspectos normativos como el tratamiento de mochilas de gas en camiones y la vida útil de equipos en zonas rurales.
Otro punto central fue el impacto macroeconómico. Según Barousse, el reemplazo de diésel por GNC podría generar ahorros anuales de hasta 1.400 millones de dólares en importaciones, además de aumentar regalías, dinamizar la industria nacional y reducir subsidios al transporte.
Los expositores remarcaron también el beneficio ambiental. La Organización Mundial de la Salud estima que el 40 por ciento de las enfermedades no transmisibles en ciudades está vinculado a la calidad del aire. En ese marco, la expansión del GNC permitiría reducir emisiones y acercar al país a sus compromisos climáticos internacionales.
Al término de la jornada, el consenso fue unánime: el sector debe trabajar coordinadamente para concretar el objetivo de los dos millones de vehículos convertidos. Funcionarios, empresas, fabricantes, distribuidores y estacioneros coincidieron en que el GNC seguía siendo una herramienta estratégica para la transición energética, con capacidad de generar empleo, ahorro, competitividad y mejoras ambientales.
El Primer Foro Nacional de GNC cerró así con un mensaje contundente: la industria está lista para volver a crecer, y el país tiene la oportunidad —y la necesidad— de aprovecharlo.













0 comentarios