En México, los patios de carga, flotillas empresariales e instalaciones industriales que abastecen combustible sin venderlo a terceros, están comenzando a emerger como uno de los puntos más críticos y menos atendidos del sector de hidrocarburos. Mientras el país cuenta con cerca de 14 mil Estaciones de Servicio, se estima que existen casi 40 mil autoconsumos. Sin embargo, la mayoría opera sin permisos, sin calibraciones certificadas y sin controles volumétricos.
“Hay más autoconsumos que gasolineras en México, y la autoridad apenas está volteando a verlos”, señaló Gabriel Rosas, Director de Operaciones de Verifigas a Surtidores Latam. El diagnóstico coincide con las cifras que maneja el sector: menos de 400 instalaciones estarían cumpliendo con las regulaciones actuales, lo que representa menos del 10% del total.
El punto de quiebre regulatorio se dio el 3 de octubre, cuando se publicó el Reglamento de la Ley del Sector Hidrocarburos. Allí se definió con mayor precisión quién es un autoconsumo, quién califica como uso propio y qué obligaciones deben cumplir ambas figuras. Según explicó Rosas, “la Comisión Nacional de Energía y la Secretaría de Energía ya dan claridad sobre quién debe obtener un permiso y qué obligaciones tienen estas instalaciones”.
Hasta ahora, la CRE no había exigido permisos de manera sistemática. Esto generó, “un gran hueco regulatorio”, especialmente considerando que muchas de estas empresas consumen volúmenes significativos sin controles formales.
Asimismo, la falta de regulación no solo implica desorden administrativo, sino también abre espacio para actividades ilegales. Rosas explicó que, aunque la autoridad decomisa el huachicol físico y fiscal, “eso representa apenas el 4% o 5% de lo que realmente circula”. El resto se mueve en redes donde los autoconsumos invisibles son terreno fértil.
“No sabemos quién les vende el combustible ni de dónde lo obtienen. Tampoco cuántos litros consumen realmente estos patios o plantas industriales”, advirtió Rosas. Por eso, los controles volumétricos se convirtieron en la herramienta fundamental para cerrar esta brecha, obligando a reportes mensuales que permitan rastrear el origen y destino de los petrolíferos.
Para quienes operan un autoconsumo, regularizarse implica atender aspectos básicos que sorprendentemente siguen pendientes en la mayoría. Rosas detalló que el primer paso es elemental: “Tener los equipos de medición calibrados. La ley lo exige, no solo para hidrocarburos, sino para cualquier actividad industrial”.
Rosas explicó que las sanciones por no entregar reportes volumétricos mensuales oscilan entre 36.000 y 69.000 pesos, y pueden acumularse mes a mes durante todo un año.












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