El país se encuentra trabajando en dos iniciativas importantes, por un lado, la llegada en octubre de 60 autobuses eléctricos tipo “jeepneys” y 20 camionetas eléctricas donadas por el gobierno de Corea del Sur.
En paralelo se está llevando a cabo la instalación de una planta de ensamblaje de buses sostenibles de la empresa taiwanesa Master Bus en el Parque Tecnológico de Minga Guazú, Alto Paraná. Ambas iniciativas fortalecen el posicionamiento del país como nuevo polo industrial de electromovilidad en el Cono Sur.
En este sentido, la donación coreana no solo implica la incorporación de vehículos al parque estatal, sino que también involucra la capacitación de 40 ingenieros paraguayos en el país asiático, con el objetivo de desarrollar una industria local de herramientas y matrices para vehículos eléctricos.
Según confirmó el viceministro de Industria, Marco Riquelme, los autobuses, de diseño colorido y estructura alargada, como los populares jeepneys filipinos, se utilizarán para la logística interna de instituciones públicas, dado que poseen una autonomía de 100 km y velocidad máxima de 50 km/h.
Por consecuencia, el proyecto de Master Bus, de origen taiwanés, se encuentra en fase avanzada. La planta tendrá una inversión inicial de 30 millones de dólares y se estima que generará entre 1.200 y 2.500 empleos directos. La firma instalará tecnología de ensamblaje de buses eléctricos con sistemas de carga rápida y capacidades inteligentes. Según el presidente de la compañía, Wu Ting-Fa, el objetivo es abastecer tanto al mercado interno como al Mercosur.
El gobierno paraguayo, a través del Ministerio de Industria y Comercio, señaló que la instalación de esta fábrica representa “un paso firme hacia la transformación del transporte público y hacia la consolidación de Paraguay como hub de electromovilidad en la región”. La ubicación estratégica del país, la abundancia de energía limpia proveniente de Itaipú, y los incentivos fiscales ya vigentes para este tipo de industrias, refuerzan el atractivo de esta apuesta.
Como adelantamos en Surtidores Latam, estos proyectos, para los empresarios del sector de combustibles, en especial quienes operan estaciones de servicio, estos movimientos no pasan desapercibidos. Aunque el impacto a corto plazo en la demanda de combustibles líquidos será limitado, dado que los vehículos eléctricos se destinarán inicialmente a flotas institucionales el mensaje de largo plazo indica que el cambio hacia la movilidad eléctrica ya no es un futuro lejano, sino una realidad en construcción.
Este nuevo contexto plantea interrogantes, pero también oportunidades, ya sea desde la posibilidad de reconvertir parte de la infraestructura para incluir cargadores eléctricos, hasta pensar en alianzas con proveedores tecnológicos o participar en licitaciones para abastecer servicios asociados.
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