Hoy en día, durante la carrera hacia la adopción masiva de vehículos eléctricos (VE), un aspecto crucial pero que a menudo es pasado por alto, es el impacto eléctrico de las estaciones públicas de carga rápida en las redes eléctricas.
Cabe remarcar que a medida que se expande la infraestructura de carga rápida, la demanda de electricidad en ubicaciones específicas puede experimentar un aumento considerable.
En ese sentido, el despliegue de estaciones debe considerarse no sólo como una oportunidad para facilitar la transición hacia vehículos más limpios, sino también como un desafío eléctrico que requiere atención estratégica.
Acerca de este aspecto, el consultor en Energías Renovables, Electromovilidad e Hidrógeno Verde, César Alfredo Peña Ramos, conversó con Surtidores LATAM y ofreció su perspectiva.
“El impacto eléctrico de las estaciones públicas de carga rápida (DC) sobre las redes eléctricas de baja tensión, media tensión y subestaciones asociadas es importante a considerarlo a futuro ya que necesita ser evaluado con criterio preventivo”, afirmó.
Cabe resaltar que hoy en día, emplazadas en distintos puntos del territorio nacional, se encuentran disponibles 53 puntos de recarga para esta clase de automóviles y según la Asociación Automotriz del Perú (AAP), al cierre del tercer trimestre de este año se comercializaron 3.211 unidades entre híbridos y eléctricos
Asimismo el experto explicó que a medida que aumenta la penetración de vehículos eléctricos en el mercado, es necesario evaluar cómo su conexión a las estaciones de carga rápida afectará la planificación y operación de las redes de distribución eléctrica.
“Es para evitar problemas de abastecimiento conforme crezca su participación los parques vehiculares, situación que se observará a medida que la capacidad de almacenamiento de sus baterías aumente, disminuya el precio de adquisición y exista la disponibilidad de puntos de carga en la red eléctrica”, resumió Peña Ramos.
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