Uruguay avanza hacia una matriz energética cada vez más diversificada y limpia, y ese proceso comienza a impactar de forma directa en sectores históricamente intensivos en energía, como la industria vial. En ese escenario, BITAFAL cerró un año decisivo, atravesado por inversiones estratégicas, aprendizajes organizacionales y decisiones que la posicionan como un actor activo en la transición energética del país.
UNA ELECTROLINERA PENSADA PARA EL TRANSPORTE PESADO
Uno de los anuncios más relevantes del año fue la construcción de la primera estación de carga eléctrica autónoma del país orientada específicamente al transporte de gran porte, como camiones y ómnibus. El proyecto, que se desarrollará en el predio industrial de la empresa sobre la Ruta 8, entre Pando y Zonamerica, en Barros Blancos, introduce un nuevo concepto de infraestructura energética aplicada a la logística y al transporte vial.
Según expresaron desde la marca a Surtidores, la electrolinera contará con generación de energía a partir de un parque solar, almacenamiento en baterías de gran escala y un sistema inteligente de gestión de carga, lo que permitirá operar de forma autónoma, eficiente y alineada con los criterios de sostenibilidad que impulsa la empresa.
DE LA OPERACIÓN DIARIA A UNA SOLUCIÓN DE ALCANCE SECTORIAL
La iniciativa tuvo su origen en una necesidad concreta. BITAFAL incorporó recientemente un camión 100 por ciento eléctrico, con capacidad de carga de hasta 48 toneladas y una autonomía aproximada de 300 kilómetros. Frente a la falta de infraestructura de carga rápida adecuada para este tipo de vehículos en Uruguay, la empresa decidió avanzar con una solución propia.
Lo que comenzó como una respuesta operativa terminó convirtiéndose en un proyecto con potencial impacto sectorial, al abrir camino a un nuevo modelo de abastecimiento energético para el transporte pesado, un segmento clave para la industria vial y la logística nacional.
BIOMASA: UN CAMBIO ESTRUCTURAL EN LA MATRIZ ENERGÉTICA
En paralelo, BITAFAL concretó otro hito estratégico: la puesta en marcha de su nueva caldera de biomasa, que ya se encuentra plenamente operativa dentro del proceso productivo. Esta incorporación marca un cambio profundo en la matriz energética de la planta, con beneficios directos en términos ambientales y económicos.
El sistema permite aprovechar los pallets utilizados en el ingreso de la materia prima, transformando residuos industriales en energía, la cual sería utilizada para el suministro de la electrolinera. Gracias a este proceso, la empresa logra reducir de forma significativa el uso de combustibles fósiles, optimizar costos operativos y disminuir su huella de carbono, al tiempo que mejora la gestión de residuos generados en la línea de producción.
UN AÑO DE REDEFINICIONES Y APRENDIZAJE ORGANIZACIONAL
Asimismo, al hacer balance del período, desde BITAFAL destacaron que fue un año de aprendizajes, reinvención y redefinición estratégica. En un contexto de cambios tecnológicos, regulatorios y energéticos, la empresa tomó decisiones y puso en marcha proyectos que reflejan una nueva forma de pensar su desarrollo a largo plazo.
2026: INNOVACIÓN, CONOCIMIENTO Y DESARROLLO SOSTENIBLE
Con ese recorrido como base, BITAFAL espera un 2026 con optimismo y una agenda cargada de proyectos. La compañía prevé el lanzamiento de nuevos productos, la ampliación de servicios y una fuerte apuesta a la investigación académica, entendida como una herramienta para avanzar en la digitalización de procesos, la eficiencia industrial y el cuidado del medio ambiente.
El cierre del año encuentra a BITAFAL consolidando una visión que trasciende la producción de asfaltos y se proyecta hacia un concepto más amplio de infraestructura vial sostenible. Fiel a su compromiso, la empresa avanza con una premisa: “transformar la vialidad para desarrollar el futuro».













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