Con 85 votos a favor y 39 en contra, el Senado de la República aprobó en lo general y en lo particular las nuevas leyes secundarias en materia energética, las cuales traerán cambios significativos para el sector gasolinero en México. La iniciativa, que ahora será turnada a la Cámara de Diputados, redefine la regulación del sector, trasladando varias funciones clave a la recién creada Comisión Nacional de Energía (CNE).
Uno de los aspectos centrales de la reforma es la sustitución de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) por la CNE, que será la nueva autoridad encargada de supervisar el mercado de los hidrocarburos en México. En diálogo con Surtidores Latam, Alicia Zazueta, presidenta de la Asociación Mexicana de Proveedores de Estaciones de Servicio (AMPES), este cambio implica una reestructuración profunda del marco regulatorio para las estaciones de servicio.
«La CNE será la encargada de aprobar los títulos de permiso, gestionar modificaciones y actualizaciones, así como verificar, inspeccionar y vigilar el cumplimiento de las normas», explicó Zazueta. «Esto significa una nueva dinámica de interacción entre el sector gasolinero y el Gobierno, por lo que será clave que las plataformas gubernamentales se actualicen para hacer más ágil la comunicación entre reguladores y empresarios», agregó.
Además del cambio en la entidad reguladora, las leyes secundarias traen modificaciones importantes a la Ley de Hidrocarburos, particularmente en materia de controles volumétricos e impactos sociales. Según Zazueta, estas nuevas disposiciones aumentan la responsabilidad de los empresarios del sector, pues se endurecen los requisitos para mantener los permisos en regla.
«Los controles volumétricos y los estudios de impacto social ahora tendrán mayor peso en la regulación», señaló. «Esto significa que las Estaciones de Servicio deberán ser más estrictas en el cumplimiento de normativas para evitar sanciones o incluso la revocación de permisos».
Por otro lado, Zazueta destacó que estas modificaciones forman parte de una «contrarreforma» en relación con los cambios impulsados en 2013, lo que obliga a las empresas del sector a adaptarse a un entorno regulatorio más estricto.
Uno de los principales desafíos que enfrentará el sector con estas reformas es el incremento en la carga administrativa y operativa. En los últimos años, los costos regulatorios han aumentado considerablemente, y las nuevas disposiciones podrían hacer más difícil la operación de pequeñas y medianas expendedoras.
«El gasto normativo de una gasolinera en México ha subido de manera significativa en los últimos tres años», afirmó Zazueta. «Ahora, con estas nuevas leyes, se requerirá mayor observancia técnica y jurídica, lo que incrementará aún más la complejidad para cumplir con la normatividad».
Ante este panorama, la representante del sector gasolinero enfatizó la necesidad de que el Gobierno implemente mecanismos para hacer más eficiente la regulación y evitar que el aumento en la carga normativa afecte la viabilidad de muchas Estaciones de Servicio.
Tras su aprobación en el Senado, el dictamen ha sido turnado a la Cámara de Diputados, donde se espera que continúe su discusión en las próximas semanas. Mientras tanto, empresarios del sector gasolinero se mantienen atentos a los detalles de la implementación de la reforma y a las posibles medidas de apoyo que podrían mitigar el impacto de los nuevos requerimientos.
«Las Estaciones de Servicio en México siempre han demostrado su capacidad de adaptación a los cambios», concluyó Zazueta.
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