El secretario general de la ONU, António Guterres, recientemente hizo un llamado a los gobiernos de todo el mundo, incluyendo los de Latinoamérica, para que prohíban la publicidad de empresas de combustibles fósiles. Este pedido se asemeja a las restricciones que ya existen para productos nocivos como el tabaco. 

El mismo subrayó la necesidad de alinearse con los objetivos de la transición energética global y regional. Esta propuesta llega en un momento bisagra para Latinoamérica, una región rica en recursos naturales y con un gran potencial para liderar un cambio sostenible.

Sin embargo, la dependencia de los hidrocarburos sigue siendo significativa en muchos países, lo que plantea desafíos importantes para la implementación de este tipo de políticas.

En conversación con Surtidores Latam, Lilian Fatima Núñez Salas, especialista en ambiente y seguridad, expresó su escepticismo ante la iniciativa de Guterres en el contexto latinoamericano. «Me parece una propuesta bastante compleja», comentó. 

Núñez sostuvo que en la realidad actual, los combustibles fósiles siguen siendo ampliamente utilizados en la región y que prohibir su promoción podría no ser tan sencillo. «Yo no estoy de acuerdo en que no exista una promoción, porque es un producto comercial. Hoy está siendo utilizado, hay diferentes marcas con diferentes condiciones y calidades», añadió.

Además es importante destacar que Latinoamérica enfrenta el reto de equilibrar su desarrollo económico con la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Por otro lado, los petrolíferos han sido una piedra angular del crecimiento económico en muchos países de la región. 

Aun así, Núñez reconoció la importancia de abordar esta temática y sugirió que, en lugar de prohibir la propaganda, se podría optar por una estrategia que fomente el uso de combustibles más limpios. La especialista recordó un ejemplo en Paraguay, donde se promovió el uso de diéseles bajos en azufre, como una opción menos contaminante. 

Sin dudas, la transición energética está en marcha, pero como sostuvo Núñez, aún queda un largo camino por recorrer para reducir la dependencia de los combustibles fósiles.