El contrabando de gasolina desde Bolivia hacia Perú alcanzó niveles alarmantes, y podría ser una amenaza para los empresarios del sector de Grifos y Estaciones de Servicio.

En ese sentido, para ellos esta situación representa una competencia desleal que puede reducir los márgenes de ganancia de su negocio, logrando de esta manera una desventaja para quienes cumplen con las regulaciones y pagan los impuestos correspondientes.

Según un reciente estudio presentado en el Noveno Encuentro de la Alianza Latinoamericana Anticontrabando (ALAC) en Bolivia, cerca del 60% de los productos ilícitos que ingresan al Perú provienen de la frontera sur, incluyendo grandes volúmenes de combustibles.

En ese sentido, durante el encuentro, el director general de la Policía Fiscal de Lima, general PNP Nilton Santos Villalta, indicó que la situación es crítica, especialmente en Tumbes, en la frontera norte, donde se detectó una mayor incidencia de ingreso ilegal de gasolina y petróleo.

“El contrabando se da con los países que subsidian sus productos, como es el caso de las fronteras con Ecuador y Bolivia, donde el contrabando es tipo hormiga”, había mencionado a Surtidores LATAM, Daniel Cabrera Ortega, consultor en gestión empresarial y experto con años de experiencia en el sector.

En esa línea, también se había manifestado a este medio José Mantilla, experto con amplia experiencia en el sector minorista de combustibles y Gerente General de la consultora Energy Seven. “No hay otra medida más que control de ambas partes”, argumentó.

Es necesario señalar que el comercio ilegal de combustibles no es un fenómeno nuevo, sin embargo en Bolivia, la crisis económica y la escasez de dólares magnificaron el problema.

Desde hace algunas semanas, el gobierno de Luis Arce tomó la decisión de militarizar las Estaciones de Servicio en las zonas fronterizas para controlar las ventas y evitar el desvío de diésel y gasolina para el contrabando hacia países vecinos como el Perú.