Franquicias en Estaciones de Servicio

Local de Mc Donald´s en la estación Shell de Chascomús

Argentina.
18 Sep, 2025
Oportunidad para diversificar ingresos Crece el interés de las grandes marcas del retail y la gastronomía por asociar sus franquicias con Estaciones de Servicio
Con ejemplos que van desde Havanna hasta Mostaza, McDonald’s y supermercados de cercanía, el sector estacionero vislumbra un modelo de rentabilidad que combina combustibles con servicios de alto valor agregado.

En la Argentina comienza a consolidarse un fenómeno que hasta hace pocos años parecía lejano: el creciente interés de grandes marcas del retail y la gastronomía por asociar sus franquicias con Estaciones de Servicio. En el marco de la nueva política de desregulación económica que alcanzó al mercado minorista de combustibles, los operadores encuentran una oportunidad para diversificar sus ingresos y aprovechar espacios infrautilizados dentro de los establecimientos.

El atractivo es claro: las estaciones reciben un flujo constante de clientes que no solo buscan combustible, sino también soluciones rápidas y confiables para sus necesidades cotidianas. En este sentido, cafeterías, supermercados, locales de comida rápida, courier o servicios logísticos aparecen como opciones naturales para completar la experiencia de consumo.

Aunque la venta de combustibles líquidos y gaseosos sigue siendo el corazón del negocio, fuentes consultadas por surtidores.com.ar coincidieron en que el escenario actual permite pensar en un modelo más amplio, en el que los locales de conveniencia y las franquicias de marcas reconocidas se conviertan en aliados estratégicos. En este esquema, la estación deja de ser solo un punto de expendio y se transforma en un hub de servicios integrados para los usuarios.

El cambio se explica en parte por la flexibilización de normas y regulaciones. La habilitación del autoservicio de combustibles, la liberalización de algunos segmentos del mercado y la mayor libertad para nuevas inversiones crearon un terreno fértil para este tipo de proyectos. Los especialistas advirtieron, no obstante, que cada iniciativa requiere un análisis profundo que tenga en cuenta la ubicación geográfica, los hábitos de consumo de la población y la viabilidad económica a largo plazo.

Los casos testigo ya se multiplican. Havanna, por ejemplo, comenzó a operar locales en estaciones Puma y AXION en puntos estratégicos como Canning, Campana, Rosario y Funes. La marca incluso avanza con el formato “Auto Havanna”, pensado para la venta directa desde el vehículo, con inversiones que rondan entre 800.000 y 1,2 millones de dólares por local. Este movimiento refleja la intención de capitalizar el flujo constante de clientes que llegan a las estaciones.

La petrolera YPF también lleva la delantera con su red de Tiendas Full, que alcanzó las mil bocas en todo el país. Estos espacios de conveniencia dentro de las estaciones demostraron ser un complemento eficaz para la actividad principal, generando una experiencia de consumo más completa y fidelizando a los clientes con servicios adicionales.

Otro caso es el de Mostaza, la cadena de fast food argentina que ya desembarcó en la Isla de Servicios de la Autovía 2, en Dolores. Se trata de una ubicación estratégica, ya que combina tránsito turístico y transporte pesado, lo que garantiza un caudal de potenciales clientes difícil de igualar en otros contextos urbanos.

McDonald’s, por su parte, dio un paso en la convergencia entre gastronomía y movilidad. En su local de San Isidro instaló la primera estación de carga para autos eléctricos del país, una iniciativa que muestra cómo las cadenas internacionales también ven en este cruce con la energía un camino hacia el futuro. La posibilidad de que estos formatos se integren directamente en Estaciones de Servicio no parece lejana y ya despierta interés en el sector.

La innovación también alcanza a nuevos modelos de consumo urbano. En la Ciudad de Buenos Aires existe una Estación de Servicio que incorporó un local de soluciones de movilidad, ofreciendo bicicletas de última generación y proyectando sumar servicios de carsharing para alquilar vehículos a través de plataformas digitales. Se trata de un ejemplo concreto de cómo los estacioneros pueden expandir su propuesta hacia la movilidad sustentable y las nuevas tendencias de transporte.

Los operadores del sector señalaron que, si bien en algunos casos es necesario acordar con las petroleras los proyectos, el primer paso siempre es el estudio de mercado. La inversión inicial suele ser significativa y el tiempo de amortización puede extenderse entre dos y cuatro años, dependiendo del tráfico y del tipo de franquicia. Sin embargo, el potencial de rentabilidad a mediano plazo justifica el esfuerzo.

La experiencia internacional confirma esta tendencia. En Estados Unidos, cadenas como Circle K y 7-Eleven combinan combustible con tiendas de conveniencia y locales gastronómicos. En Europa, las estaciones en autopistas suelen incorporar cafeterías o pequeños supermercados que funcionan como parada obligada de los viajeros. En México, no es extraño encontrar estaciones con minimarkets, locales de comida rápida y hasta farmacias integradas al predio.

“Estos modelos demuestran que, cuando se aprovecha el flujo vehicular y se responde a las necesidades de los consumidores, la Estación de Servicio se convierte en un nodo de consumo multifacético. No solo se multiplica la facturación por metro cuadrado, sino que también se fortalece la fidelidad del cliente, que encuentra en un mismo lugar varios servicios de valor”, comentaron los entrevistados.

En Argentina, las oportunidades son vastas. Muchas estaciones cuentan con espacios subutilizados que podrían convertirse en locales comerciales de alto rendimiento. Desde pequeños supermercados de cercanía hasta puntos de entrega de logística o franquicias gastronómicas, la variedad de opciones es amplia y se adapta a distintos perfiles de público.

El desafío, remarcaron los expertos, es planificar con inteligencia y paciencia. La clave está en elegir socios comerciales adecuados, diseñar proyectos que respondan al perfil de cada zona y articular los acuerdos con las petroleras para garantizar la coherencia con la imagen de la estación. De esta manera, la diversificación no solo aumenta la facturación, sino que también fortalece la posición de las estaciones como actores centrales en la vida cotidiana.

Este es el momento ideal para animarse a dar el salto. Las Estaciones de Servicio tienen asegurado un flujo de clientes diario y eso es un activo único para atraer a las grandes marcas. Si se planifica con seriedad, la sinergia entre combustibles, retail y movilidad puede convertirse en el motor de crecimiento de toda una nueva generación de negocios en la Argentina”, señalaron finalmente las fuentes consultadas.

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