Una discusión que comenzó por adelantarse en la fila para cargar nafta de una Estación de Servicio de Corrientes terminó en una escena de violencia, en donde dos mujeres terminaron a los golpes luego de haberse insultado.
El hecho es uno más de los tantos que suceden en cualquier expendedora argentina. Y lo peor del caso es que cada vez son más frecuentes: las situaciones violentas son casi un hecho diario, según relevó este medio consultando a estacioneros de distintas regiones del país.
“Hay que poner en palabras que la violencia latente es un conflicto reprimido que se basa en la no aceptación de una situación”, opina Laura Crespi de la consultora Impulsar Ventas y coaching de Estaciones de Servicio.
“En la mayoría de los casos, el disparador no refleja el motivo real sino que es más profundo, como puede ser por ejemplo, la angustia por los aumentos de precios y que el dinero cada vez alcanza para menos”, detalla en diálogo con surtidores.com.ar.
La especialista precisa que las Estaciones de Servicio son un escenario propicio para todo tipo de manifestación de esas actitudes. Es por ello que afirma que se deben contar con las herramientas adecuadas y con entrenamiento continuo para neutralizarlos.
“¿Qué hace un empleado cuando hay una violencia de esa índole dentro del establecimiento? ¿Cómo debe trabajar? Si bien hay cuestiones que no podemos controlar, sí podemos gestionarlas”, explica.
En ese sentido, Crespi propone elaborar un protocolo de contingencias que incluya capacitación de gestión de situaciones emergentes, medidas de seguridad, protección del empleado en el establecimiento y el tipo de conflicto que determine el accionar de las autoridades, entre otros.
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