México.
28 Ene, 2025
Nuevos retos El futuro del gas natural en México: entre la dependencia y la competitividad
El país azteca se enfrenta al desafío de encontrar un equilibrio entre la demanda de GN y la autosuficiencia para garantizar un esquema energético sostenible.

La política energética global está en plena transformación, y México no es la excepción. Mientras el país norteamericano refuerza su producción de gas natural, el territorio mexicano enfrenta el reto de equilibrar su dependencia con el desarrollo de infraestructura propia.

Al respecto, en conversación con Surtidores Latam, Guillermo Gómez, CEO de la consultora G2H, analizó los recientes cambios que surgieron entre los países limítrofes: «Creo que en definitiva va a haber un impacto. Esperemos que para México sea de lo mejor en el sentido de lograr una mayor competitividad en el tema de gas natural», señaló. Sin embargo, advirtió que la situación debe verse con cautela, ya que la política estadounidense en materia energética está tomando un rumbo definido con dos factores: la continuidad y el fortalecimiento del fracking y la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París.

Estos movimientos evidencian una clara intención de explotar aún más los campos gasíferos, lo que incrementará las reservas del país vecino.

Para México, esto significa el acceso a gas natural a precios más competitivos, algo que podría representar una oportunidad para el desarrollo de infraestructura de almacenamiento y distribución. «Esto puede ser una ventaja si se aprovecha para fortalecer la infraestructura, pero también existe el riesgo de aumentar aún más esa dependencia con Estados Unidos», sostuvo.

Por otro lado, las posturas de ambos países pueden parecer opuestas: «aquí todavía se encuentra en revisión en el poder legislativo la promoción del no fracking», explicó Gómez. «Esto deja al país en una situación contradictoria: por un lado, se mantiene una necesidad creciente de GN, pero por otro, la postura oficial parece ir en sentido contrario» agregó.

Además, México, a diferencia de Estados Unidos, sigue comprometido con los objetivos del Acuerdo de París y deberá reportar los avances en sus metas de reducción de emisiones. Sin embargo, las últimas declaraciones de Trump han generado incertidumbre sobre cómo se alinearán las políticas energéticas de ambos países en el futuro.

Desde el sector energético y gasolinero, los empresarios observan con cautela la evolución del panorama internacional. «Todavía sigue un poco reservado el análisis, porque se compara la situación con una versión ‘Trump 2.0’ en la política energética», mencionó Gómez. «Se percibe que su estrategia seguirá siendo negociar con fuerza para obtener mayores beneficios», comentó.

Pese a la incertidumbre, Gómez destacó una señal positiva: el fortalecimiento del vínculo entre el sector privado y el gobierno mexicano. «Se está viendo una buena relación de trabajo con la Secretaría de Economía y con los consultores cercanos a la doctora Sheinbaum. Si bien aún no ha habido un acercamiento formal con el equipo de Trump, es clave que en el futuro haya un diálogo para definir las políticas de comercio y energía», concluyó.

 

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