En un contexto cada vez más competitivo y exigente, las Estaciones de Servicio están redefiniendo su papel en la sociedad, ya que no se limitan a despachar combustible sino que muchas se están transformando en agentes de cambio comunitario, alineándose con las necesidades reales de su entorno. Desde iniciativas culturales y educativas hasta programas ambientales y de salud, estas nuevas formas de participación social están posicionando a las estaciones como espacios de desarrollo, más allá del volante.
Desde la Cámara de Empresarios de Combustible de Costa Rica compartieron con entusiasmo a Surtidores Latam sobre esta evolución. La institución reconoce que el sector ha comprendido que generar valor ya no pasa únicamente por la eficiencia operativa o la calidad del producto, sino también por el impacto que puede generar en las comunidades a las que sirve.Estos esfuerzos son “una manera de fortalecer el vínculo social y la legitimidad de las estaciones dentro del tejido local”, señalaron.
Un ejemplo concreto de este enfoque se vive en Costa Rica, donde Mi Servicentro Naranjo, ubicado en la provincia de Alajuela, ha logrado trascender su función comercial para convertirse en un actor cultural activo. Con más de 59 años como punto de encuentro local, la estación impulsa la iniciativa “Lecturas de paso”, que propone a los clientes hojear libros mientras cargan combustible.
La urna literaria instalada entre los surtidores no solo acerca la lectura a más personas, sino que las ganancias por la venta de estos libros se destinan a apoyar proyectos culturales. Natalia Pérez, escritora y promotora de esta acción, sostuvo que “hacer llegar libros a zonas menos privilegiadas es una forma de generar creatividad, empatía y oportunidades”. Su visión expresa con claridad cómo una estación puede catalizar el desarrollo social a través de la cultura.
Otro caso destacado es el del Servicentro Jimal, en Cóbano, que participa activamente en las celebraciones patrias y navideñas, brindando apoyo logístico y económico para la realización de carrozas y eventos escolares.
Además, colabora con escuelas mediante donaciones, premios y el traslado de materiales. Kemly Jiménez, representante de la estación, destacó la importancia de estas acciones en una comunidad pequeña, donde “el apoyo de todos es fundamental para que las fechas especiales se vivan con alegría y dignidad”.
La apuesta comunitaria también se refleja en campañas como la de Donación de Sangre o en programas de capacitación como “Carro Seguro – Mujer Segura”, realizada en el Servicentro del Oeste, que promueve el conocimiento sobre el mantenimiento preventivo del automóvil con una perspectiva de género.
Estos esfuerzos, impulsados desde el sector y con el respaldo de la Cámara, fortalecen el rol de las estaciones como puntos de encuentro y servicio integral. En este sentido la organización concluyó que esta tendencia se trata de una visión que “posiciona al sector no solo como proveedor de energía, sino como generador de oportunidades y tejido comunitario”.
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