El año 2025 dejó en claro que la electromovilidad ya no es una promesa sino una realidad en crecimiento en la Argentina. Los patentamientos de vehículos híbridos y eléctricos aumentaron un 56 por ciento en el primer semestre, con 12.355 unidades registradas, superando incluso el total vendido en todo 2023.
Este salto estuvo sostenido por una política de largo alcance: el régimen de importación con arancel cero para 50.000 autos eléctricos e híbridos por año, bajo un cupo ya preadjudicado.
Con esa apertura, se espera una oferta creciente, precios más competitivos y una mayor variedad de modelos que dinamizarán el mercado interno de vehículos de propulsión alternativa.
Al mismo tiempo, el país registró avances inéditos en su matriz energética: la potencia instalada de energías renovables superó los 7 GW, con una combinación de fuentes eólica, solar, bioenergética y pequeñas represas hidráulicas. Entre enero y junio de 2025, la generación renovable acumulada alcanzó 12.440 GWh, un 17 por ciento más que en el mismo período de 2024.
Ese progreso permitió además que en momentos puntuales las renovables llegaran a cubrir alrededor del 44 por ciento de la demanda eléctrica nacional, y en octubre superaran, según algunos registros, el 26 por ciento del abastecimiento, consolidando su rol en la transición energética.
Para el socio fundador de ON Networking y Secretario de la Cámara Argentina de Energías Renovables (CADER), Martín Dapello, esta combinación define el nuevo rumbo energético del país: “la movilidad eléctrica tiene que venir de la mano con las energías renovables”. Señaló que, gracias al contexto de desregulación del mercado mayorista, “hoy es la oportunidad ideal para que grandes usuarios que contratan energía opten por renovables”.
Dapello explicó que si los vehículos eléctricos se cargan con energía proveniente de fuentes fósiles, el beneficio ambiental desaparece, mientras que con energía limpia se maximiza el impacto positivo. En ese sentido, remarcó el desafío técnico que implica suministrar potencia suficiente a los cargadores eléctricos -muchos demandan energía en poco tiempo- sin perder la proporción de energía renovable en la matriz.
Ese entorno energético favorable refuerza el papel de las Estaciones de Servicio como ejes estratégicos: no solo para ofrecer recarga, sino para integrarse a una red más amplia de energía limpia y transportar el beneficio ambiental al usuario final.
Desde la perspectiva operativa, la firma Vulletic ya detecta indicios claros de ese cambio. Según su gerente, Nicolás Capello, “las estaciones son un sector clave y estratégico para el crecimiento de la electromovilidad”.
El ejecutivo destacó que las consultas por instalar cargadores “crecen al ritmo de los números oficiales”. No obstante, las principales dudas entre los estacioneros pasan por la infraestructura necesaria, la dificultad técnica para instalar un surtidor eléctrico y el tiempo de carga. Por eso insiste: “la recarga no siempre debe ser de 0 a 100, con cargas parciales alcanza para moverse”, explica, apelando a una nueva lógica de uso.
Además, la empresa ofrece una herramienta de gestión (software + app) para estaciones: permite al propietario decidir si el cargador opera en modo “plug & play” o bajo control por QR; habilita pagos por recarga y ofrece datos sobre el tipo de usuario, duración de la carga y energía consumida. Una forma de profesionalizar el servicio, sumar trazabilidad y convertir la recarga en una oferta comercial más sofisticada.
Ambos consultados coincidieron en que “mientras las energías limpias estén creciendo, con la electrificación en alza, las Estaciones de Servicio adaptándose y un marco regulatorio favorable, 2026 se perfila como el año de inflexión, hacia la integración entre movilidad eléctrica y renovables”.












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