La apertura del mercado gasolinero mexicano, iniciada formalmente en 2013 con la reforma energética y acelerada desde 2016 con la llegada de nuevas marcas, prometía un escenario inédito de competencia. Surgieron entonces los primeros logotipos distintos a Pemex en las calles: Hidrosina en el corazón de la Ciudad de México, La Gas en Campeche y la entrada de BP como la primera petrolera extranjera con presencia visible en el país. En cuestión de meses, el mapa del sector comenzó a fragmentarse, y México pasó de un entorno prácticamente monopólico a uno con cientos de actores nuevos.

Sin embargo, casi una década después, el péndulo parece haber regresado hacia su punto de origen. La eliminación de la regulación asimétrica de Pemex, decidida en octubre por la Comisión Nacional de Energía, terminó por consolidar un proceso que venía tomando fuerza desde 2022: la migración de estaciones privadas de vuelta a la marca estatal.

Hoy, el escenario se ve distinto al que muchos anticiparon durante la apertura. De las 14.129 Estaciones de Servicio que operan en el país, 8.817 lo hacen bajo la marca Pemex, según la Fotografía del Sector Gasolinero en México que PetroIntelligence compartió a Surtidores Latam. Esto significa que la empresa estatal concentra alrededor de dos terceras partes del mercado.

Alejandro Montufar, CEO de PetroIntelligence, detalló que la recuperación de Pemex responde a un esfuerzo deliberado de política pública y estrategias comerciales específicas. “A partir de 2022 vimos que la tendencia comenzó a revertirse. Para el gobierno y para la Comisión era prioritario emitir permisos para estaciones que vendieran marca Pemex”, explicó.

El ejecutivo señaló que, además de la política de permisos, Pemex aplicó acciones comerciales que generaron incentivos reales para los grupos gasolineros que habían probado otras marcas. A esto se sumó un elemento importante en 2024 y 2025: el pacto voluntario de precios, una herramienta que dio un nuevo empuje a la estatal y la volvió más atractiva en un entorno donde el consumidor está cada vez más atento a las diferencias tarifarias.

Solo entre enero y octubre de 2025, Pemex pasó de 8.709 a 8.817 estaciones, incorporando 108 nuevos puntos. Una parte corresponde a aperturas, pero la mayoría proviene de gasolineras que ya operaban bajo otras banderas y decidieron regresar.

“Muchos dueños de estaciones están migrando porque Pemex sí proporciona esquemas de trazabilidad claros, en un momento donde la incertidumbre sobre la calidad del combustible es una de las principales preocupaciones del consumidor”, afirmó Montufar.

Uno de los cambios menos visibles pero más significativos es la transformación del ecosistema de marcas. Hoy existen más de 390 nombres comerciales en el país, aunque PetroIntelligence estima que alrededor de 290 no están debidamente registradas.

Asimismo, la falta de claridad regulatoria empuja a muchas estaciones a buscar amparo en proveedores con mayor estructura. “Esa incertidumbre llevará a que muchas de estas marcas independientes migren hacia una internacional o hacia Pemex. Y creemos que la mayoría lo hará hacia Pemex”, relató Montufar.

Aunque la llegada de nuevas marcas sí generó beneficios, el mercado no logró sostener un equilibrio duradero. La recomposición actual parece responder más a factores regulatorios, de seguridad y de certidumbre operativa que a dinámicas puramente comerciales.

“Lo que vemos es que esta tendencia se fortalecerá”, concluyó Montufar. Para los gasolineros, la decisión ya no pasa solo por el precio o la imagen de marca, sino por un elemento más profundo: quién ofrece mayor certidumbre en un entorno donde la trazabilidad es el nuevo eje de la competencia.