En latinoamérica, las Estaciones de Servicio se van consolidando día a día no sólo como puntos de abastecimiento de combustible, sino como espacios que integran múltiples servicios de valor para los usuarios. Así lo explicó en diálogo con Surtidores LATAM, Johan Efraín Mejía Mejía, propietario y administrador de la Estación de Servicio Texaco Hayuelos de la ciudad de Bogotá, quien destacó que la modernización del sector exige una atención cada vez más integral.
Según el empresario, los servicios más valorados por los clientes son aquellos que facilitan su día a día. “Los baños y los servicios bancarios como cajero electrónico corresponsal. Complementariamente, también podrían ser las tiendas de conveniencia para satisfacer las necesidades de los clientes”, puntualizó.
En materia de infraestructura, Mejía sostiene que la primera impresión juega un papel decisivo. “Los accesos y la presentación de la gasolinera son muy importantes para atraer a los clientes”, afirmó, subrayando que un entorno ordenado, limpio y de fácil acceso genera confianza y fidelización.
Pero la experiencia no se limita al entorno físico. Para el administrador de Texaco Hayuelos, la atención y los protocolos son determinantes. “En términos de servicio, el protocolo también ayuda bastante y en posventa la atención al cliente para propósitos de facturación electrónica nos ha ayudado a retener bastante cliente”, indicó.
Un punto central que resalta Mejía es la capacitación constante del personal, especialmente en temas de seguridad. “Efectivamente esas capacitaciones son imprescindibles en las Estaciones de Servicio por la vocación que tenemos de atención al cliente, y nosotros de manera indirecta nos hacemos responsables por la seguridad de nuestros clientes y de nuestro personal propio”, comentó.
Entre las áreas de preparación que considera fundamentales, mencionó la atención de emergencias y los protocolos ante actos malintencionados de terceros. “Son imprescindibles en una Estación de Servicio”, recalcó.
Asimismo, destacó la necesidad de formación especializada frente a incidentes asociados directamente con el combustible. “Es importante capacitación en términos de atención de emergencias asociadas al combustible, como apague de incendios, explosiones, etcétera”, explicó, aludiendo a los riesgos inherentes de la actividad.
Finalmente, Mejía hizo hincapié en la práctica de medidas preventivas concretas: el manejo de extintores, las rutas de evacuación y la prevención de accidentes por la presencia de gases y productos inflamables. “Estos elementos constituyen la base de una operación responsable, donde el cliente no solo encuentra combustible, sino un espacio seguro, confiable y enfocado en su bienestar”, concluyó Mejía.
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