Con la mira puesta en mejorar el control sobre la calidad del combustible y combatir prácticas ilegales como el huachicol, la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente de México sumó nuevas facultades en su ámbito de supervisión. A partir de ahora, el organismo no solo podrá continuar fiscalizando la seguridad operativa y ambiental de las estaciones de servicio, sino que también tendrá la potestad de verificar directamente la calidad del producto que se expende en gasolineras de todo el país.
La medida se oficializó con la publicación de un acuerdo en el Diario Oficial de la Federación el 17 de julio, generando un nuevo marco de responsabilidades para las gasolineras. Entre ellas, se establece que las pruebas de laboratorio para medir la calidad de las gasolinas y el diésel, que se realizan semestralmente, deberán ser remitidas a ASEA dentro de los diez días naturales posteriores a la finalización de cada semestre. Esto deberá hacerse a través del portal digital de la oficialía de partes.
En diálogo con Surtidores Latam, Alicia Zazueta Payán, presidenta de la Asociación Mexicana de Proveedores de Estaciones de Servicio, explicó que si bien las pruebas ya forman parte del protocolo de las estaciones, hasta ahora no existía la obligación de reportarlas a ASEA. En ese sentido, consideró que la modificación implica principalmente una carga administrativa adicional, aunque sin exigir ensayos nuevos.
“Lo que cambia es que ahora hay que presentar formalmente estos resultados a la autoridad, algo que antes no se hacía”, señaló Zazueta. Sin embargo, enfatizó que el impacto más importante no será burocrático, sino operativo ya que la ASEA tendrá facultades para inspeccionar en cualquier momento la calidad del combustible no solo en los emblemas, sino también en el almacenamiento, transporte y distribución.
Para las expendedoras, esto representa un nuevo reto, debido a que ahora deben demostrar la trazabilidad completa de los carburantes. En la práctica, muchas veces las gasolineras no reciben de sus proveedores la documentación necesaria para acreditar el origen y calidad del producto. “Aun cuando la estación lo solicite, no siempre se lo entregan, pero ahora la responsabilidad recae en ella”, explicó la titular de AMPES.
Desde la asociación reconocen que la regulación tiene como objetivo legítimo asegurar que el consumidor reciba un producto que cumpla con las especificaciones técnicas y evitar adulteraciones.
“Es una forma de avanzar en la lucha contra el combustible mezclado y el producto ilegal. Nosotros siempre hemos promovido el cumplimiento regulatorio y las buenas prácticas”, sostuvo Zazueta. También remarcó la importancia de establecer un “piso parejo” para todos los integrantes de la cadena de valor, y de que las medidas se apliquen de forma equitativa en todo el sector.
Además, la nueva capacidad de supervisión que se le otorga a ASEA podría servir como una herramienta disuasiva frente a operadores que actualmente comercializan combustibles por fuera de norma o con procedencia dudosa. El organismo podrá incluso intervenir directamente con laboratorios de ensayo para verificar en sitio la calidad del combustible que se ofrece al público.
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