Desde el pasado viernes, los colombianos pagan $100 más por galón de gasolina corriente y diésel, de acuerdo con la Circular No. 209 de 2025. En cifras, esto significa que en Bogotá la gasolina corriente pasó de $16.293 a $16.393, mientras que el diésel aumentó de $10.976 a $11.076 por galón.
En la capital, el comportamiento de las ventas de combustibles se mantuvo positivo a lo largo del año, según confirmó a Surtidores LATAM, Johan Efraín Mejía Mejía, propietario y administrador de la Estación de Servicio Texaco Hayuelos.
Sin embargo, el empresario reconoció que en las últimas semanas se registró una ligera desaceleración en el consumo, aunque aún no puede vincularla directamente al aumento reciente de precios.
Más allá del factor económico, Mejía remarcó que el verdadero desafío para las Estaciones de Servicio en Bogotá radica en las obras de infraestructura que actualmente se desarrollan en distintos puntos de la ciudad. “En muchas zonas, la congestión, los desvíos y las restricciones de movilidad reducen significativamente la circulación de vehículos. Eso termina afectando el tráfico hacia las estaciones y, por ende, los volúmenes de venta”, explica.
El impacto se percibe sobre todo en áreas donde las intervenciones viales son más intensas, como en el occidente de la ciudad, donde se ubica su Estación de Servicio. Las demoras en el tránsito y los cambios de sentido en las vías principales provocan que muchos conductores eviten pasar por determinados sectores, afectando de forma directa la rotación diaria de clientes.
Este panorama se suma a un contexto económico donde los consumidores ya están siendo más cuidadosos con sus gastos en combustible. Aun así, Mejía señaló que el comportamiento general del mercado fue positivo durante 2025, con ventas estables y un flujo constante de usuarios, pese a los retos logísticos que implica la movilidad capitalina.
El empresario también enfatizó la necesidad de una mejor coordinación entre las autoridades distritales y el sector de Estaciones de Servicio para mitigar los efectos colaterales de las obras. “No estamos en contra del desarrollo urbano, pero sí es fundamental planificar rutas alternas y campañas informativas que orienten a los conductores. Muchas veces la falta de comunicación genera más confusión y pérdidas innecesarias”, advirtió.
Pese a las dificultades, se muestra optimista frente al cierre de año. Destacó que la temporada de fin de año tradicionalmente impulsa un mayor dinamismo en las ventas, debido al aumento de desplazamientos y consumo. “Esperamos que los precios se mantengan estables y que la movilidad mejore para aprovechar este periodo que suele ser muy importante para el sector”, concluyó Mejía.













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