El autoservicio en las Estaciones de Servicio todavía está en etapa preliminar. Aunque existe una normativa que lo habilita, los expendedores consideran que su adopción masiva depende de que se genere un verdadero incentivo económico para el consumidor y para que los empresarios inviertan en equipamiento.
Así lo expresaron a surtidores.com.ar Carlos Gold, presidente de la Cámara de Expendedores de Corrientes, y Carlos Pinto, titular de la Cámara de Expendedores de Combustibles de Río Negro y Neuquén. Ambos coincidieron en que, en la medida en que no haya una diferencia de precios clara respecto del sistema tradicional, el autoservicio seguirá postergado.
“Mientras el equipamiento necesario para adaptar el despacho no baje los precios y culturalmente cueste que el concepto se arraigue, el autodespacho va a seguir demorando su implementación”, aseguró Gold. Pinto fue en la misma dirección: “Si no hay una diferencia sensible al bolsillo del cliente, no hay incentivo para invertir”.
El neuquino recordó su experiencia en Estados Unidos en la década del 70, cuando fue propietario de Estaciones de Servicio. “En ese entonces teníamos dos islas de autoservicio y una con playero, pero la clave era que la petrolera aceptaba reducir sensiblemente el precio del autoservicio. Esa era la forma de convencer al consumidor”, explicó.
En Argentina, esa ecuación todavía no se cumple. La normativa que flexibiliza el expendio minorista de combustibles es un avance, pero no alcanza. Falta lo más importante: que el cliente perciba un beneficio concreto y que los estacioneros puedan amortizar la inversión en equipos y tecnología.
Los empresarios también señalan que el consumidor argentino valora el servicio humano. “El cliente local aprecia al playero, no solo por la carga de combustible sino por la asistencia y la confianza. Eso no se cambia de un día para el otro”, destacó Gold.
Otro obstáculo son los costos. Adaptar surtidores, instalar sistemas de cobro automático y sumar medidas de seguridad requiere inversiones elevadas. En este escenario, la mayoría de los estacioneros prioriza mantener el esquema tradicional.
Desde el sector de proveedores, sin embargo, marcan una mejora en el acceso a equipos. “Antes importabas a un dólar y no sabías cuál sería el cambio al momento del pago. Hoy, con la liquidación casi inmediata, podemos saber exactamente los costos. Eso facilita mucho la operación”, señalaron.
Gold y Pinto coincidieron finalmente en que el autoservicio, más temprano que tarde, se va a instalar en la Argentina. “Es un proceso que requiere tiempo, incentivos y adaptación cultural, pero si se logra una diferencia de precios y se consolidan las condiciones de inversión, el consumidor argentino también lo va a aceptar, como pasó en otros países”, aseguraron.
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